Esta es una narrativa flamante. El anti vizcarrismo ya era un sentimiento importante desde el 2019, solo comparable al anti fujimorismo y el anti ‘caviarismo’. Pero está arreciando desde el lunes 19, a raíz de una sentencia del Tribunal Constitucional, y dando forma, con asidero legal, a esta narrativa: Martín Vizcarra -apodado ‘Lagarto’ por sus detractores- fue un golpista al disolver el Congreso el 30 de setiembre del 2019 interpretando como efectivamente denegada la cuestión de confianza que planteó horas antes Salvador del Solar ante el pleno.
Mira: Tribunal Constitucional se pronunció sobre cuestión de confianza.
Sucede que el pasado lunes 19 se difundió la sentencia del TC que, a propósito de la cuestión de confianza presentada por el ex primer ministro Aníbal Torres y que él quiso interpretar como efectivamente rechazada, el Tribunal ha zanjado lo que sus colegas del 2019 dejaron abierto. ¿Qué dicen ahora? Que no hay tal cosa como la denegación fáctica, que la cuestión tiene que ser votada para que se considere efectivamente aprobada o rechazada. El anti vizcarrismo y sus narrativas, tienen ahora, pues, una sentencia contundente a favor. Ya se ve la efervescencia en las redes y en las declaraciones de políticos anti vizcarristas la acogida de esta noticia, acusando al ex presidente inhabilitado con varios epítetos.
Asoma, en esas mismas redes, una narrativa con visos de propuesta: que se enjuicie a Vizcarra por golpista así cómo se está haciendo con Pedro Castillo por intentar disolver el Congreso el 7 de diciembre pasado. Vizcarra sí tuvo éxito, tanto que los hechos consumados fueron legitimados por el TC en su momento, por la convocatoria al congreso complementario, por las fuerzas del orden y por una amplia mayoría que disparó su aprobación hacia arriba. Valga la confirmación de que Vizcarra es una fuente abundante de narrativas a favor y en contra.
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