La ruta imperdible de la comida criolla: 5 tabernas de ayer y hoy a las que amamos volver

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ANTIGUA TABERNA QUEIROLO

Cuando empezó, en 1880, era una pulpería para luego dar paso a un local de saco y corbata (que, en sus inicios, solo recibía a hombres) y, finalmente, transformarse en un ‘ponit’ infaltable de las noches limeñas que abre sus puertas a cualquier persona que quiera vivir una deliciosa viviencia gastronómica,

Al cruzar sus puertas es como si viajáramos en el tiempo: sus paredes aún conservan las fotos de los fundadores, sus herederos y los visitantes ilustres de épocas pasadas. Eso sí, su carta ha sabido renovarse con el paso de los años sin olvidar los sabores que lo hicieron famoso. Vamos a probar sus sánguches -desde el emblemático jamón del país al de pejerrey, chicharrón de pescado, langostino al panko y huevera- acompañados con una res.

Dir: Av. San Martín 1090, Pueblo Libre.

JUANITO DE BARRANCO

Con más de 80 años, esta taberna cambió la historia del distrito y de la familia Casusol. El local existía desde 1900, pero se usaba como bodegón. No había mesas ni se vendía licor. Fue Juan (o Juanito) quien empezó a servir comida y el licor por ‘copeo’.

Hoy, la familia Casusol continúa la tradición del patriarca para deleitar a los parroquianos. Visitar esta taberna es para quienes gozan de la cerveza, el chilcano, el queso serrano, las butifarras y otros sánguches, el ambiente bohemio, la conversación, la reunión y la larga amistad. ¡Larga vida al Juanito!

Dir: Av. Almirante Miguel Grau 270, Barranco.

ISOLINA

Un nuevo favorito que se ha ganado tanto el cariño de los comensales como el reconocimiento en los ránkings gastronómicos (actualmente, se encuentra en el puesto 73 en el ránking de los 50 Best Restaurants Latin America).

Desde el 2015, José del Castillo sirve una mesa generosa y deliciosa, recreando las enseñanzas maternas, además de traer de vuelta algunas recetas olvidadas. Vamos allí para disfrutar su papa rellena, lomo saltado, cau cau con sangrecita, costillar y ossobuco, entre otros.

La taberna barranquina quedó chica por lo que abrió un segundo local en Surco que mantiene los mismos sabores que nos conquistaron desde el primer día.

Dir: Avenida San Martín Prolongación 101, Barranco.

ADDRA

Addra son las siglas de Alfonso Domingo del Río Arenas, abuelo de Daniel del Río, dueño y cocinero del restaurante. El alegre compás de la guitarra y las castañuelas nos invita a adentrarnos a esta señorial casona, con 120 años de antigüedad, y a disfrutar de su sazón marina y criolla.

Desde las paredes, Lucha Reyes y Mario Vargas Llosa observan a la clientela que ha llegado en busca de esos sabores de antaño. Con solo unos meses de apertura, está ganando en comensales que van en busca un pulpo al olivo, cebiches, arroz con pollo con huancaína y carapulcra con sopa seca. Estos son solo algunos de los platos que destacan en su mesa.

Dir: Av. República de Chile 462 - 464, Jesús María.

CUMPA

Cumpa, cumpita, causita o pata, este es lugar para reunirse en la mesa con los amigos de toda la vida. A solo unos años de su apertura, al mando de Renzo Miñán, la taberna se ha ganado el corazón de los amantes de la sazón norteña con sus platos hogareños. Imperdibles el pan con pejerrey, las tortitas de choclo con cebiche de pota y el arroz con pato.

Dir: Jr. Leoncio Prado 498, Surquillo.

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