El fútbol es uno de los deportes más apasionados del planeta. Cuando el balón empieza a correr, y los 22 protagonistas se enfrentan en cada jugada dividida, el corazón de los hinchas late más rápido de lo normal. Sin embargo, hay momentos en que ese frenesí se desborda y se traduce en actos salvajes, propios del hombre de las cavernas. Todo se complica más aun cuando no se toman las medidas de seguridad del caso. Esto sucedió un 24 de mayo de 1964, en la tragedia del Estadio Nacional.
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Este miércoles, en medio de gran consternación aun por lo sucedido, se cumplirán 59 años de uno de los episodios más terroríficos del deporte peruano y mundial. En pleno partido de Perú vs. Argentina, por el pase a los Juegos Olímpicos de Tokio, ocurrió una verdadera catástrofe.
El conjunto albiceleste ganaba 1-0 y solo faltaban cinco minutos para que el árbitro del partido decretara el final. Sin embargo, la ‘Bicolor’ reaccionó y empató el duelo con tanto de Víctor Lobatón. No obstante, el juez de línea decidió anular el gol, pues aseguraba que el futbolista peruano había había planchado al argentino Horacio Morales.
“‘El gol estuvo mal anulado. Incluso el referí ya estaba corriendo hacia la media cancha para cobrarlo. Pero Perfumo le reclamó airadamente y Pazos dio marcha atrás. Nos dejamos llevar por delante”, comentó años después a El Comercio el delantero peruano Guillermo La Rosa.
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Esta situación desató varias acciones lamentables. La primera, fue que varios hinchas peruanos, entre los que se encontraban Víctor Melacio Vásquez, el ‘Negro Bomba’, ingresaron al campo de juego para buscar agredir a los árbitros, lo que provocó que los fanáticos argentinos también pisaran el césped para pelearse con los aficionados locales. Se armó una batalla campal.
Debido a esto, la Policía Nacional del Perú (PNP), que solo contaba con 100 efectivos aquel día en el primer escenario del país, tuvo la mala idea de buscar contrarrestar los hechos de violencia a través del lanzamiento de bombas lacrimógenas. El humo de las mismas generó desesperación y momentos de angustia entre los presentes en el estadio. Ellos buscaron huir del recinto, pero la sorpresa fue grande cuando se dieron cuenta que las puertas estaban cerradas.
El desenlace fue lamentable: en total fallecieron 328 personas, producto de la estampida y la asfixia por el gas. Además, fuera del estadio también se produjeron incendios y actos vandálicos. Luego se supo que los policías habían decidido clausurar las puertas con la intención que el público mantenga la calma y vuelva a sus asientos.
Al final, el Gobierno de Perú decidió declarar siete días de luto y se promulgó una ley que suspendía las garantías individuales por 30 días. En el ámbito deportivo, tal vez el menos importante, Argentina terminó clasificando a los Juegos Olímpicos de Tokio. Aunque esto último terminó siendo anecdótico. El partido pasó a segundo plano, pues de lo que todos hablaron desde aquel día hasta hoy fue del infierno que se vivió en el histórico Estadio Nacional.