Cuando Silvana Cañote (29) se enteró que interpretaría a una de las animadoras infantiles más queridas de nuestra historia corría noviembre de 2022. “Había terminado por fin mi carrera como socióloga y esta oportunidad llegaba como una suerte de señal de que un ciclo se cerraba y comenzaba otro”, comenta a esta revista. Desde el momento en que leyó el guion, confiesa haber sentido una conexión especial con el personaje de Mónica.
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En marzo de 2023, llegaría la confirmación que tanto esperaba, pero no permitió que la emoción nuble la responsabilidad. Desde el principio, Cañote sabía que se enfrentaba a un papel con muchas aristas, protagonista de uno de los episodios más trágicos de la televisión peruana. Con este, venía también una inherente necesidad de poner en conversación la importancia de la salud mental sobre la mesa. No podría tomárselo a la ligera.
“El tiempo ha permitido contar estas historias desde un ángulo responsable. 30 años después considero que es importante hablarlo. Nuestro deseo es que la película genere conversaciones que puedan cambiar el rumbo de la vida de muchas personas”, explica la también socióloga. En esta línea, Cañote hace hincapié en que el guion de la película ha sido trabajado de manera meticulosa, y fue revisado por un staff de psicólogos antes de su grabación.
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El primero de setiembre de 1990 una nube de magia aterrizaría en el planeta. Con cuatro horas de duración (una apuesta incomparable en la época de oro de la TV peruana), “Nubeluz” llegaba para conquistar a más de una generación de niños y adolescentes con juegos, canciones y dibujos animados. Emitido desde el coliseo Amauta, las fronteras no existían para este mundo de fantasía liderado por cuatro carismáticas dalinas: Mónica Santa María, Almendra Gomelsky, Lily Braun y Xiomy Xibillé. El programa se llegó a transmitir en al menos 20 países del globo por cinco años, hasta su salida del aire en 1995.
Para Liseth Paulett, decana de la carrera de Psicología de la Universidad Científica del Sur, esta cinta podría ser una oportunidad importante para tratar temas vinculados a la salud mental de una manera más cercana, a diferencia de lo que ocurrió en la década del 90: “En ese entonces, se produjo un ‘destape’ que expuso los problemas emocionales que los jóvenes podían enfrentar a pesar de aparentar tenerlo todo. Sin embargo, muchos niños y adolescentes no pudieron conectar con esa tristeza, frustración e impotencia, dado que el tema aún era un tabú”, indica la experta.
El sociólogo y decano de Ciencias Políticas de la Universidad Científica del Sur, Raúl Castro, considera que esta cinta puede ser una oportunidad de oro para hablar de aspectos controvertidos sin rebasar el límite del morbo. “Hay un valor sentimental profundo con llevar la nostalgia de este programa a la pantalla grande. El tema es delicado, pero no por eso debería quedarse a escondidas o en un baúl. Creo que, tratado responsablemente, puede ser una oportunidad importante para educar públicamente sobre salud mental, algo que curiosamente también hacía el programa, a través de sus canciones. Además, no solo permitiría que las antiguas generaciones sanen aquellas heridas que no pudieron ser habladas, sino que también los adolescentes de hoy tengan la oportunidad de hablar con libertad”, indica.
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FANTASÍA DE CARNE Y HUESO
La expectativa en torno a “Sube a mi nube” desde que se anunciara el proyecto ha sido grande. El lanzamiento del tráiler no hizo más que disparar emociones, remover nostalgias y reunir varias interrogantes. La mayoría de ellas giran en torno al trato que se le dará a la vida de la “dalina chiquita”, pero este no es el único punto de interés. Los componentes detrás del éxito de “Nubeluz” fueron varios: desde el mundo que diseñaron, hasta los personajes que formaban parte de la fórmula.
“Se trataba de una época dorada. Si algo importante pasaba o alguien sobresalía, tenía que estar en la tele, y también en ‘Nubeluz’. No solo resaltaban sus juegos, bailes y canciones, sino también las estrellas que llegaban a visitar: desde agrupaciones internacionales hasta rockeros y baladistas. Todos eran bienvenidos. El impacto del programa fue tal, que luego de que la fantasía fuera quebrada por el fatídico desenlace de su animadora principal, ya no pudo volver a ser el mismo, saliendo del aire en alrededor de un año”, sostiene Eduardo Lavado, docente de la Universidad de Lima y exeditor de las revistas Somos y TV+.
Para la coprotagonista de Cañote, la actriz Alessa Wichtel (30), quien da vida a la animadora infantil Almendra, la responsabilidad de representar esta historia va por esa misma línea. “‘Sube a mi nube’ será una mezcla de sentimientos como la vida misma. La gente podrá cantar y alegrarse con nosotras, pero también impactarse y reflexionar con eso que pasa detrás de pantalla”, indica. “Nos da ilusión pensar que quienes vean esta película van a poder navegar por todas las emociones. Pero también que, al finalizar, quizá varios espectadores se interesarán más por preguntarle a la persona que tienen al lado cómo está, cómo se siente, o en qué pueden ayudar”, profundiza la actriz.
Nacidas a mediados de los años 90, Alessa Wichtel y Silvana Cañote no vivieron conscientemente el impacto de la maquinaria “Nubeluz”. Sin embargo, al asumir sus papeles, ambas actrices se empaparon de este mundo fantástico a través de videos, postales y canciones. Así, a los ensayos de guion, se sumaron también prácticas de coreografía y canto, que se vieron reflejados finalmente en 27 días de grabación entre Lima y Buenos Aires.
El elenco termina de componerse con actores consolidados como Christian Thorsen y Javier Delgiudice, además de Andrés Wiese, Nacho Di Marco y Gabriel González. Además, se configuró un set completo en referencia al programa infantil de los años 90, en un estudio de Pachacámac donde grabaron durante cuatro días con público infantil.
Aunque figuras que formaron parte del programa noventero han tomado la decisión de tomar distancia de la cinta, hay quienes sí se han pronunciado, aunque con cautela. “Espero que la hagan con todo el respeto que se merece la memoria de Mónica y el nombre de ‘Nubeluz’”, dijo Almendra Gomelsky en entrevista con Ernesto Pimentel en “El reventonazo de la Chola Chabuca”, mientras que Rochi Hernández, productora del éxito infantil, declaró en “América hoy” que imaginaba que “las personas que lo están produciendo iban al Amauta desde muy chiquitos y conocían a Mónica”, por lo que conservarían el respeto a su memoria.
El impacto que tendrá “Sube a mi nube” en la carrera de Wichtel y Cañote es indudable. No solo se trata de su debut en el cine, sino también una oportunidad única para poner la salud mental en primera plana. Algo que ni siquiera los mundos de fantasía más perfectos pueden esquivar. //