(Foto: Richard Hirano)
Pamela Rodríguez

"Hace diez años era un poco más contenida, tenía el pelo largo y me lo pintaba de rubio. Era una chica de 20 años que venía de estudiar Etnomusicología en Texas y quería interpretar sus raíces con un lenguaje propio, cantando jazz y música peruana contemporánea. Era lo que mi propia coyuntura me proponía de cara a ese laboratorio que siempre ha sido mi piano. También me acababa de mudar con Raúl (Baltar), el papá de mi hija. Él siempre me dice que se enamoró de la sucesora de Chabuca Granda y terminó con una Lady Gaga.

Llevo años viviendo a mi manera y ahora que puedo mirar hacia atrás, mis procesos se identifican con el cambio. Desde afuera se ven más radicales que desde adentro, pero todos han empezado con una inquietud. La música explica lo que me está pasando y esta vez necesitaba explorar un trabajo colectivo. Por eso el disco se llama F.F.A.A. (Fuerzas Armadas).

El productor, que ha creado muchas de las canciones conmigo, es Nico Saba. También están Alonso Bentín, Jorge Velásquez y Mirko Lupis, algunos de los mejores músicos que hay acá. Con ellos tengo una nueva sonoridad, canciones que hablan de ciertas cosas (sexo digital, el fin del amor) y otras que no hablan de nada. Creo que el talento mejora en colaboración y eso refleja la etapa en la que me encuentro: ¡Soy parte de una banda de funk!”.

Siento, luego canto
“La música, como el sexo, no se disfruta si no eres libre. Es un caudal que no llegas a experimentar si no tienes la libertad suficiente para sentir, para arriesgar, para hacer, para volar. En ambos casos hay un trance que… te diría que es idéntico. La música es extremadamente sexual, como si entraras a una misma zona. Siempre lo he pensado.

No te pierdas este sábado la entrevista completa con Pamela Rodríguez en la edición impresa de la revista Somos

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