El teléfono que usa Donald Trump no sería tan seguro

La condición de presidente de Estados Unidos supone un cambio radical en la vida de quien llegue a ese cargo y su alcance involucra aspectos tan básicos de la vida cotidiana como el uso de teléfonos celulares.

Donald Trump, presidente de EE.UU., siente bastante apego por su teléfono inteligente Android, pues es desde este dispositivo de donde proviene buena parte de su actividad en las redes sociales, particularmente Twitter.

Según afirma un artículo de "The New York Times", algunos movimientos recientes de Trump en la red social aparentemente seguirían haciéndose desde su teléfono de siempre y desde la Casa Blanca, yendo en contra del protocolo de seguridad que debe seguir alguien de su investidura.

El precedente más cercano es el de su antecesor inmediato, Barack Obama, conocido por el particular afecto que profesaba a su celular BlackBerry. El demócrata tuvo que reemplazar su terminal por otro equipo de la misma marca, el cual contenía modificaciones de seguridad. Más tarde, Obama usaría un iPhone modificado.

Potenciales problemas de seguridad

Si bien es sabido que el actual mandatario estadounidense siempre se ha mostrado poco dispuesto a reemplazar su teléfono, este nunca ha señalado oficialmente cuál es el modelo que usa. No obstante, el portal Android Central analizó las fotografías en las que Trump aparece con el citado equipo y terminó descubriendo que su smartphone es un Samsung Galaxy S3, modelo lanzado en 2012.

El actual protocolo exige al presidente de Estados Unidos entregar su terminal y la Casa Blanca todavía no ha confirmado si el presidente sigue usando el viejo teléfono, que supone  un riesgo ante cualquier posible acción de espionaje, al contar con un sistema operativo obsoleto y que no ha recibido ninguna actualización de seguridad en años.

Otro aspecto que puede dar más de un dolor de cabeza a los oficiales de seguridad del gobierno estadounidense es el hecho de que el jefe de gobierno sea tremendamente accesible. Un artículo de la agencia Associated Press (AP), publicado el mismo día de la toma de mando de Trump, aborda este tema.

Entre los casos que señala el reportaje, indica que Malcolm Turnbull, primer ministro de Australia, ni siquiera tuvo que recurrir a sus funcionarios para comunicarse con Trump luego de que este último fuera elegido. El líder australiano simplemente le pidió el número telefónico del republicano al golfista Greg Norman.

AP también cita el caso de uno de sus reporteros, quien llamó al presidente de Estados Unidos después de que aparecieran las acusaciones de una supuesta intervención rusa en las elecciones de su país. Una hora después del intento de comunicación, Trump le devolvió personalmente la llamada.

Actividad constante en Twitter

A diferencia de Obama, Donald Trump no es demasiado activo en otro tipo de comunicaciones como los correos electrónicos, que podrían suponer la filtración de información confidencial; sin embargo, por ahora no ha mostrado voluntad alguna de abandonar sus más que frecuentes comentarios en Twitter.

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