Hace un par de semanas puse sobre el tapete cómo una universidad tan prestigiosa como San Marcos certificaba un curso de homeopatía, una de las tantas pseudoterapias que existen en el mundo y que no ha demostrado científicamente que funcione más allá del efecto placebo.
Como era de esperar, muchos saltaron en su defensa. Así que aprovecharé un par de comentarios para explicarles por qué la homeopatía es una estafa.
“La medicina homeopática cura a largo plazo, no a corto plazo (…) No tiene efectos secundarios (…)”
Aclaremos algo, la homeopatía no cura absolutamente nada. Y es lógico que no tenga efectos secundarios porque sólo es agua o azúcar.
Muchos suelen confundir la medicina natural basada en plantas medicinales con la homeopatía. Pero no es lo mismo. Es cierto que existe evidencia científica de que ciertas plantas tienen compuestos o moléculas (principios activos) que alivian o curan ciertas enfermedades. Sin embargo, lo que se hace en la homeopatía es diluir un macerado o tintura de alguna de estas plantas tantas veces (8, 10, 20, 30, etc.) —a más diluciones, “más potente”— que si le hacemos el análisis químico más sofisticado que existe no hallaremos ninguna de las moléculas de la tintura original. Es decir, un medicamento homeopático no tiene ningún principio activo que alivie o cure una enfermedad. Es por esta razón que “cura” a largo plazo: la enfermedad pasa por sí sola mientras tu creías que se debía a la homeopatía.
Si quieres saber más sobre este tema, sigue leyendo el más reciente post del blog Expresión Genética del biólogo David Castro.