La noticia de la semana en el espectáculo peruano ha sido la acusación de , actriz, contra su colega , excompañero de elenco en la serie “Al fondo hay sitio”. , donde la es moneda corriente.

MIRA: ¿Qué tan protegidos están los actores del acoso sexual en su trabajo?

Si bien Wiese será (por un caso distinto al señalado líneas arriba), la acusación de Mayra Couto da pie a discutir un tema que no se ha tocado lo suficiente en Perú: el acoso sexual en la producción de ficciones. Estados Unidos vivió este tema de manera intensa desde fines del 2017, cuando se destapó el caso del infame Harvey Weinstein; inquilino de la no menos infame prisión de Rikers.

No hay suficientes denuncias por parte de actrices de la farándula peruana por acoso sexual, lo cual no quiere decir que el acoso sea escaso. Y más que enfocarnos en la exposición que reciben estas víctimas y sus victimarios, al tratarse de personas públicas, aprovecho este espacio para compartir una conversación que tuve con Micaela Távara, fundadora de la organización de activismo feminista Trenzar, sobre lo difícil que es para una víctima de acoso animarse a alzar la voz.

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El Comercio: Un comentario muy repetido en redes, cuando una mujer se anima a denunciar acoso o abuso es “¿Por qué no lo denunció antes?” ¿A qué se debe tanta indolencia por quienes dicen esto?

Micaela Távara: Creo que tiene que ver mucho en el sentido de que la gente no está entendiendo los procesos emocionales, y creo que en ese sentido la empatía o el duelo o la pérdida son procesos que no terminamos de entender. Y tampoco la ira. Cuando una mujer denuncia, no siempre pero en muchos casos, lo que sucede es que también su mente y su cuerpo bloquean ese suceso. Y como vivimos en una sociedad machista y patriarcal, denunciar que hemos pasado por un episodio de violencia es muchas veces... se dice que mentimos, se dice que nosotras lo buscamos. Entonces tampoco existen condiciones sociales para que una mujer pueda denunciar a tiempo.

EC: ¿Y aparte de que existan estas condiciones sociales, qué debería ocurrir para que más mujeres denuncien el acoso?

MT: Lo que tiene que ocurrir es que la sociedad, pensando en varias etapas como el Estado, los municipios, el espacio legal, la familia y los amigos; deberían ser espacios de contención, y espacios donde además actos como las violaciones sexuales, el acoso callejero y el bullying sean sancionados. Entonces, es necesario que la sociedad pueda sancionar estas cosas no tan solo desde el ámbito legal, sino también desde el ámbito cultural y así las mujeres y las disidencias podrían sentirse con la libertad de denunciar.

EC: Ahora que mencionas el ámbito cultural, ¿En Perú existe alguna iniciativa entre las industrias culturales para luchar contra el acoso dentro de ellas mismas?

MT: No, no existe ningún protocolo que pueda salvaguardar a las mujeres que trabajamos en las industrias culturales y creativas, que tiene que ver con nuestros derechos en cuanto acoso laboral, acoso sexual y violaciones. No hay ningún protocolo que nos cuide.

EC: ¿Y para que exista este protocolo cuál sería el primer paso?

MT: El primer paso es que se tiene que llamar a espacios de formación o de deconstrucción, donde se pueda entender que la violencia hacia las mujeres existe en las industrias culturales. El segundo paso tiene que ver con la reparación y la reivindicación de la mujer, así sea actriz, directora o luminotécnica que decide denunciar. Y el tercer paso es que ese espacio de reparación se concretice en una acción tanto legal como una reparación social o simbólica, donde los actos que tienen que ver con violentar a una mujer no queden impunes. Y lo otro es dejar de idealizar los espacios artísticos o culturales como si fueran libres de violencia. “(Digamos que alguien dice) como estoy dedicado al arte soy más sensible, soy incapaz de generar daño hacia otra persona”, lo cual es completamente falso.

EC: ¿Por qué en Estados Unidos hubo toda una ola de denuncias tras la revelación del caso Harvey Weinstein, pero en el Perú hasta ahora no ha ocurrido eso?

MT: Bueno, en Perú ocurrió una ola de denuncias bien marcada, que fue el caso de . Lo denunció Eva Bracamonte, inclusive yo también lo denuncié por unos hechos de violación sexual en espacios de creación artística, es decir de ensayos, pero también de educación; donde él era nuestro profesor muchas veces. En ese caso llevamos dos años, hasta tres años de juicio, donde recién el año pasado la etapa de investigación, digamos, ha terminado de una u otra manera. Una etapa que debió durar solo unos meses terminó durando tantos años, donde hay delitos a la privacidad y a la libertad sexual de las mujeres, donde hay una violencia sexual de por medio, donde hay además un robo económico también. Sí, hay casos como estos, lo que sucede es que son mediáticos solamente en el momento que se hace la denuncia, no es mediático el seguimiento del proceso. Nunca la gente sabe qué pasó. La gente sabe que alguien denuncia, como podemos ver ahora , pero parece que a nadie le interesara saber cuál es el proceso. El proceso es lo más doloroso, conocerlo hará que la sociedad entienda que no son procesos fáciles. Son bastante largos, tediosos y revictimizantes. Entiendo que legalmente se necesita que el testimonio sea verídico, lo que no entiendo es que el testimonio tenga que ser puesto en duda por una construcción machista y patriarcal.

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