Ya se cumplieron 527 años del primer viaje que hizo Cristóbal Colón al Nuevo Mundo, pero aún sigue siendo una incógnita la ubicación exacta de la primera isla que pisó en América. Ni los historiadores han podido llegar a un consenso.
Según el libro “Los cuatro viajes del almirante y su testamento”, que recopila las anotaciones de los diarios de Colón, él describe a esta tierra como una isla que los taínos -habitantes que se asentaron en Bahamas en el año 800 d.C.- llamaban Guanahaní. Fue aquí, que el explorador genovés desembarcó un viernes 12 de octubre de 1492.
La isla pasaría a la historia como el primer lugar donde Cristóbal Colón tocó tierra en su expedición a América. Él la bautizaría después como San Salvador (Watling, en inglés) “en conmemoración de su Alta Majestad”. La poca información sobre la ubicación y características de Guanahaní que se pudieron rescatar del Diario de Colón, incrementaron las posibilidades de que la famosa isla a la que llegó el navegante durante su viaje financiado por la Corona española pudiera ser cualquiera de las más de 700 islas que conforman las Bahamas.
“Esta isla es bien grande y muy llana y de árboles muy verdes y muchas aguas y una laguna en medio muy grande, sin ninguna montaña, y toda ella verde, que es placer mirarla”, escribió el genovés en su diario sobre sus primeras impresiones de Guanahaní.
San Salvador después de la llegada de Colón
Actualmente Bahamas es catalogada como un destino de ensueño gracias a sus aguas cristalinas. Su imperdible oferta turística no solo se remite a los deportes acuáticos, sino también a las joyas arqueológicas que conserva. En este destino existe una isla llamada San Salvador, pero según historiadores y geógrafos, no se trataría de la misma que pisó Colón en América.
En 1986, la revista especializada National Geographic hizo una investigación repitiendo el viaje de Cristóbal Colón desde las Islas Canarias, a través de una simulación computarizada, descartando a San Salvador porque no tenía un arrecife que la circundaba, como detallan las descripciones hechas por el navegante. El estudio llegó a la conclusión que Cayo Samaná, ubicada en el centro este de las Bahamas, sería la verdadera isla a la que llegó Colón.
Pero fuera de los debates sobre cuál es la isla que marcó un antes y un después en el descubrimiento de América, ‘San Salvador’ no ha querido quedarse atrás y sigue promocionándose como "la isla aventurera y llena de historia, que acogió a Cristóbal Colón en su llegada al Nuevo Mundo. Sus lagunas siguen tan brillantes y sus mares continúan tan claros como en 1492”, según reseñan en su página oficial de turismo.
Turismo en el San Salvador de hoy
Con cerca de mil habitantes, San Salvador es uno de los puntos turísticos que año a año atrae a miles de turistas de todo el mundo. Si hay algo que distingue a los salvadoreños es su amabilidad y hospitalidad. Al consultar a blogueros peruanos de viajes que han decidido vacacionar allí, ellos aseguran que la actividad favorita de los extranjeros son los tours que te llevan a playas recónditas, a diferencia de otros paseos que recuerdan la llegada de Cristóbal Colón hace ya más de cinco siglos. Incluso, a pesar de ser el diferencial de esta isla, muchos visitantes han pasado por alto este acontecimiento.
Por ejemplo, el turista tiene la oportunidad de recorrer cinco memoriales de Colón en esta isla. Uno de los más ofrecidos por los operadores turísticos es un monumento subacuático que asegura ser el lugar donde la carabela La Pinta tiró su ancla. Pero si hay uno que se lleva todas las fotografías, es una enorme cruz en piedra que sirve como homenaje al histórico pasado de San Salvador.
Para quienes deciden ir en busca de relajo a las Bahamas, es difícil que opten por recorridos culturales, sobre todo, si tienen un sinfín de opciones para navegar y bucear en aguas turquesas y disfrutar de un clima templado. Si es cierto o no que esta es la isla a la que llegó Colón, al final no influirá en la decisión de un viajero común que solo quiere salir de la rutina y apreciar la belleza que lo rodea. No hay tiempo para este tipo de teorías y menos cuando se encuentran de vacaciones, aunque cueste admitirlo.