Durante la pandemia, María del Pilar Gonzales decidió adoptar una mascota para que pudiera hacerle compañía a su pequeño hijo, Lucas. “Él se sentía muy solo cuando yo me conectaba a trabajar y, debido a las restricciones, no podía salir al parque o jugar con sus amigos”, cuenta.
A través de WUF, la psicóloga de profesión encontró a un perrito ideal para su hijo. Sin embargo, después de una entrevista virtual, llegó a la conclusión de que el Wuf necesitaba un espacio más grande.
“Nos explicaron que era una mascota muy activa y que no iba a estar a gusto en un departamento. Por eso, decidí visitar un albergue para conocer otros perritos”.
En el albergue afiliado a WUF, María del Pilar no tuvo que buscar demasiado. Ni bien llegó, una perrita se le acercó y ella supo que era la indicada para Lucas. “Fue la primera en venir y empezar a pedirme caricias. ¡Prácticamente me eligió”, dice.
Esperado encuentro
María del Pilar aún recuerda cómo fue el primer encuentro entre Lucas y Maya. “Todos estábamos muy emocionados pero él era el más feliz porque al fin iba a conocer a su primera mascota. Ella llegó temblando pero después lo olfateó y le dio unas lamidas”, recuerda.
Gracias a la llegada de su mascota, Lucas tuvo una excusa para salir a la calle y conectarse más con la naturaleza. “Él no había pisado la calle desde que empezó la pandemia pero, gracias a Maya, empezamos a ir al parque”.
Además, la perrita ha hecho que hoy la familia conozca más a las personas que viven alrededor de casa. “Ella nos hace conversar con otras personas: cuando se acerca a otros perritos, socializamos con sus dueños”.
A la par de organizarse para ir al parque, María del Pilar y su familia también han tenido que adaptarse a la rutina de tener una mascota en el hogar.
“Al inicio fue complicado. Recuerdo que un día limpié la casa y puse las bolsas de basura en el patio. Después de unas horas, fui a botarlas y estaban destruidas. ¡Toda la basura estaba afuera!”.
Hoy, a dos años de la adopción de su engreída de ‘cuatro patas’, la psicóloga recuerda esos problemas como anécdotas y recalca los beneficios de que su pequeño Lucas crezca junto a una mascota en casa.
“Para un niño es un vínculo muy bonito: es como tener un hermano. Es tener alguien a quien abrazar y, además, los impulsa de forma natural a cumplir con determinadas responsabilidades”, recalca.
Por eso, ella recomienda la adopción de mascotas si hay niños en casa. Eso sí: teniendo en cuenta todo lo que involucra el traer un animal a casa. “Los padres deben evaluarlo muy bien porque un ser vivo es un compromiso a largo plazo”.
Ingresa a wuf.pe/adopta y cambia una vida. Si no puedes adoptar pero sí te gustaría apadrinar una mascota, afíliate a Club WUF y sé parte de una comunidad creada por humanos para ayudar a los animales en estado de abandono.