Las zonas aledañas a la capital, especialmente los pueblos jóvenes ubicados a ambas márgenes del río Rímac, tales como Morón, Alianza para el Progreso, Huascarán, Primero de Mayo, El Progreso, Carabayllo y otras ubicadas en el camino a Canta, fueron declaradas anoche en emergencia, debido tanto a la fuerte lluvia que cayó sobre Lima como a la amenazadora crecida del Rímac.
Hasta las primeras horas de la madrugada de hoy el saldo era de nueve heridos, un muerto, más de veinte modestas viviendas arrastradas por el río y miles de familias cuyas casas sufrieron filtraciones que causaron serios desperfectos.
La decisión de emergencia fue tomada en reunión que se realizó en la Prefectura del Departamento, donde se formó el Comité de Defensa Cívica, presidida por el prefecto, coronel Gustavo Araníbar e integrada por los directores de Servicios Integrales de Salud y del Área de Salud de Lima, las Fuerzas Auxiliares, el Ejército y la Aviación.
La lluvia abarcó por el norte hasta Huaral, por el sur hasta Pisco y por el centro hasta La Oroya y la región de la Sierra Central.
La primera referencia alarmante se tuvo en la tarde de ayer cuando se anunció que las aguas del Rímac se precipitaban con inusitada furia y volumen sobre Chosica. Y, pocos minutos después se desencadenó la lluvia, considerada la más fuerte de los últimos 45 años, comparable con las ocurridas en el año 1925.
También se puso en estado de alerta a la Junta de Asistencia Nacional y a la Cruz Roja. Hasta las dos de la madrugada, el Ejército había movilizado una flota de más de 40 camiones, con dotaciones de zapadores. Una parte de esa flota después de las once de la noche, partió hacia Chosica para socorrer a los pueblos jóvenes de esa zona, cuyos pobladores en gran parte tuvieron que abandonar sus casas.
La lluvia
Tres horas de lluvia fue suficiente para transformar a Lima en una ciudad anegada. Las calles se convirtieron en acequias y las partes bajas de las autovías como la Vía Expresa, el puente del Ejército y los pasos a doble nivel en lagunas. En el pase a dos niveles del cruce de Javier Prado con la avenida Arequipa, tres vehículos quedaron sumergidos. Los bomberos se encargaron de rescatarlos.
Los limeños fueron sorprendidos por el ‘diluvio’, cuando regresaban a sus casas y otros en plena playa de veraneo.
Para muchos capitalinos, por primera vez sufrieron los estragos de una fuerte lluvia que solo se comparan con los que se registran normalmente en la sierra.
Como consecuencia de la lluvia se produjo congestión de tránsito entre las siete y las diez de la noche. Ello se agravó debido a la preocupación de las personas por llegar a sus casas y unirse a sus familiares. Las estadísticas de accidentes por colisión de vehículos fueron notablemente superadas ayer.
Amagos, incendios y derrumbes
Por efecto de la lluvia se produjeron cortocircuitos en el alumbrado público y servicio domiciliario en toda la Gran Lima. Muchas zonas quedaron en tinieblas. El fluido eléctrico fue cortado como medida de seguridad. Esto se observó en Magdalena, Miraflores, La Victoria y el Rímac.
Hasta la medianoche la Comandancia General de Bomberos de Lima atendió más de cien casos de emergencia. La mayor parte de amagos, incendios y derrumbes se detectaron en los pueblos jóvenes, sectores populosos y áreas urbanas de la Lima antigua como en el Rímac. Entre las nueve y las once de la noche no fue posible que los bomberos atendieran de inmediato las llamadas de emergencia.
En la zona céntrica de Lima se registró el derrumbe de la casa 154 del jirón Huamanga.
Un muerto y dos heridos
A las 7 y 20 minutos se reportó a la comisaría de La Victoria, la muerte de un ayudante de mecánica. Se trata de Cabat Ballón Torres, de 19 años de edad, que sufrió una descarga eléctrica cuando pretendía cerrar una filtración de agua. La víctima domiciliaba en el sector de Collique. El taller de mecánica se encuentra ubicado en el jirón Palermo 292 del barrio de Balconcillo.
En la asistencia pública de la avenida Grau, hasta la medianoche, solo se había registrado nueve heridos como consecuencia de las lluvias.
Sectores más afectados
El sector más afectado fue Miraflores, especialmente la zona norte. Los vecinos tuvieron que unirse y formar brigadas de auxilio para evitar mayores daños. La pista de la cuadra nueve de la avenida Dos de Mayo se hallaba electrizada debido a un cortocircuito. En la cuadra siete de Francia se cayó un cable de alta tensión. Se registraron varios apagones. La bajada de los baños Hernando de Lavalle y el Malecón Balta recibieron descargas de las aguas de lluvia que corrían a manera de arroyuelos.
A las ocho de la noche se desvió el tránsito de automotores a la altura del pase a dos niveles del cruce de la avenida Arequipa y Javier Prado. En la Vía Expresa la lluvia también provocó problemas. La falta de canales de desahogo convirtió la pista en lugares de tránsito peligroso. Las hondonadas se convirtieron en lagunas.
En Surco, Barranco, Chorrillos
En la localidad de Surco se cayeron los techos de doce casas y algunas paredes del barrio de San Pedrito. Cerca del camal, en el jirón Arica cinco casas de esteras y barro sufrieron serios daños. Los cables del alumbrado de los jirones Bolognesi y Arica causaron alarma. Salió chispas de los cables. En Barranco y Chorrillos los daños fueron menores. La alarma fue menor.
En provincias
En Concepción más de 500 hectáreas de sembríos de papas fueron destruidas por una inundación, seguida por una fuerte granizada. Esto sucedió en los sectores de La Libertad y Heroína Toledo. También fue afectada la parte baja del distrito de Apata. Según el ingeniero Eleazar Gómez, del Ministerio de Agricultura, en Matahuasi las pérdidas llegaron a 10 millones de soles.
Huancayo también soportó una fuerte lluvia, especialmente los sectores de Chilca, Florida.
En La Oroya
El sector más afectado resultó La Oroya. Allí un huaico bloqueó el puente de acceso a la ciudad y las piedras que rodaron desprendidas de los cerros rompieron la tubería madre que provee de agua a la ciudad,
En Huaral
En Huaral también la lluvia hizo estragos y el río Chancay se desbordó cerca de su desembocadura, inundando los terrenos del cultivo conocidos como Chacra y Mar, en la jurisdicción de Chancay.
Por Pisco
En Mala, Chilca, Lurín, San Antonio y Santa Cruz de Flores la lluvia se sintió intensamente. Los ríos Lurín y Mala crecieron de tal modo que en un momento se temió que llegaran a cortar la Panamericana Sur. En Pisco también la lluvia pasó los techos de muchas viviendas.
Magnitud de los daños
Las autoridades expresaron que hoy se debe conocer la realidad de la magnitud de los daños. Se espera que muchas casas de construcción antigua de la Gran Lima, como consecuencia de las filtraciones de agua, sufran derrumbes.
También se aseguró, que en las primeras horas de hoy una flota de cuatro helicópteros de la FAP sobrevolará toda la zona de la capital y sus alrededores, para detectar las áreas afectadas. Esto servirá para desarrollar el programa de ayuda a los damnificados.
A las 4 de la madrugada
A las cuatro de esta madrugada se reanudó la lluvia con gran intensidad.
Nuestros redactores informaron a esa hora que la carretera Central había sufrido inundaciones en varios tramos. En la zona de Santa Clara era difícil el tránsito de los automotores. Algunos vehículos sufrieron desperfectos y quedaron rezagados.
Creciente del Rímac ocasionó serios daños
A las 5 y 45 de la tarde, los aforos de las empresas eléctricas en la zona de Surco habían registrado un caudal de 150 metros cúbicos por segundo en el río Rímac. A esa misma hora se dio alerta a la Prefectura de Lima y a las principales autoridades de la ciudad.
A las 8 de la noche, el aforo del Rímac arrojaba un caudal de 220 metros cúbicos por segundo. Gran número de viviendas precarias ubicadas en ambas márgenes del río Rímac habían sido arrastradas por las aguas y otras estaban en inminente peligro de correr la misma suerte.
Los sectores que más sufrieron fueron los pueblos jóvenes de Morón y Alianza para el Progreso, ubicados en el margen del río a la altura del kilómetro 24 y 25. Los pobladores alarmados por el peligro de que sus viviendas sean arrasadas por la turbulencia de la corriente, levantaron muros de contención. Mientras tanto, los niños y las mujeres fueron evacuados por la policía hacia la capilla del pueblo joven Alianza para el Progreso. Nos manifestaron que no se han registrado desgracias personales.
Igualmente, a la altura del puente Viterbo, la crecida del río se llevó 5 viviendas.
Los vecinos se turnaban para alertar a los demás pobladores. En la barriada de Huascarán, ubicada cerca del puente del Ejército, el agua se introdujo a las casas y alcanzó un metro de altura. Por lo menos seis de estas casas fueron arrasadas posteriormente por el río y, según informaron los vecinos, no se han producido desgracias personales, debido a que los ocupantes de todas ellas lograron salir a tiempo con las pocas cosas que pudieron salvar. Por lo menos unas 50 familias han sido afectadas.
En el sector denominado Agnolías, margen izquierda del río, cerca también del puente del Ejército, el agua erosionó violentamente las orillas y se produjeron derrumbes de largas franjas de terreno, dejando a las casas casi al filo del río y con grave peligro de que al pasar las horas estas sean arrastradas.
En la avenida Morales Duárez, ubicada a la altura del puente Dueñas, también se produjeron derrumbes y la larga filas de casitas de adobe y quincha han quedado sobre una repisa y existe el peligro de que se caigan al río. En el puente Dueñas, los postes se electrizaron al igual también que en el barrio Primero de Mayo.
Se supo también que en la zona de Collique y el pueblo joven Año Nuevo se produjo un pequeño huaico que vino de algunos cerros vecinos donde por efecto de la fuerte lluvia se formaron pequeñas lagunas que se desbordaron hasta la pista y cubrieron una extensión de ocho kilómetros de la carretera a Canta. El agua destruyó en este sector más de 10 casas y otras 30 quedaron inundadas.
Los vecinos de Collique y Año Nuevo manifestaron a nuestros cronistas que había la posibilidad de que varios niños hubiesen sido arrastrados por el pequeño huaico, pero la policía del sector no creyó en esta posibilidad.
Los pobladores de estas zonas mayormente afectadas, estuvieron toda la noche sacando el agua de sus casas y se formó cuadrillas especiales que vigilaban toda la zona y estaban listos a dar la voz de alarma si la lluvia y la crecida persistía.