Para entender
En mi reciente viaje a España tuve la oportunidad de conocer de cerca la problemática alrededor de la votación del próximo 27 de setiembre para la elección del Parlamento Catalán, al que el actual gobierno regional le concede un carácter plebiscitario para decidir la independencia de Cataluña.
Este Parlamento es autónomo para realizar legislaciones que no contravengan lo que determine la Constitución. El presidente autonómico se escogerá entre los parlamentarios electos, entre ellos el actual presidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas.
Se presentan a estas elecciones un total de siete agrupaciones; Junts pel Sí agrupa a Convergencia (el partido de Mas), Esquerra Republicana (la fuerza independentista histórica), Demócratas de Cataluña (una escisión separatista de los democratacristianos) y a miembros de las entidades ciudadanas pro secesión, el Partido Popular de Cataluña (el partido de Rajoy), entre otros. La falta de inversiones por parte del Estado, cierto desprecio por la cultura catalana, el recibir menos transferencias que el dinero que se recauda por impuestos y un nacionalismo articulado sobre el principio de que Cataluña es una nación con base en derechos históricos, lingüísticos y el derecho civil catalán; son argumentos que motivan los deseos de secesión.
Se trata de una elección para un Parlamento que tiene 135 escaños. Según los últimos sondeos, los independentistas pueden obtener de 68 a 69 escaños (la mayoría simple), con lo que pueden llevar adelante su plan para convertirse en un nuevo Estado europeo. Los independistas pretenden proclamar la independencia a los 18 meses de los comicios. Los que están en contra de la independencia aseguran que la Constitución consagra la indivisibilidad de España.
Estas elecciones autonómicas catalanas tendrán una influencia significativa en las próximas elecciones generales en España en diciembre próximo, en las que además de elegir al presidente del país se renovarán los 350 diputados y 208 miembros del Senado que son votados por sufragio universal. Los 58 restantes son nombrados por los parlamentos autonómicos.
El presidente del Gobierno Español, Mariano Rajoy, negó el carácter plebiscitario de las elecciones catalanas y dijo: “Nadie va a romper a España”. La independencia de Cataluña crea una incertidumbre en los empresarios catalanes por los acuerdos comerciales en los que participan con España y las consecuencias de afectación a la economía catalana respecto al comercio exterior, igualmente la incertidumbre de que si Cataluña como país pueda ser aceptada para pertenecer a la Unión Europea (UE) y para usar como moneda el euro.
No menos trascendente es que si se independiza Cataluña, el FC Barcelona no podría seguir disputando la Liga española, pues la Ley del Deporte permite competir a los equipos afiliados a una federación nacional y la Federación Española de Fútbol exige que los clubes se afilien a través de una federación autonómica, la que ya no existiría.
Una tercera vía, entre la independencia y la situación actual sería que el gobierno entregue más autonomía a Cataluña, garantizando un tratamiento fiscal más justo al Parlamento catalán.
La Comisión Europea ha mencionado que una Cataluña independiente saldría dela UE automáticamente, pero los secesionistas dicen que la Unión Europea debeactuar con pragmatismo y evitar aislarla. ¿A los europeos les interesa tener que pasar por Cataluña para llevar sus mercancías y servicios a España pagando aranceles y aduanas? Mencionan lo absurdo de ello en una Europa donde se han derribado las aduanas y las fronteras.