ME GUSTAS (P. III)
El viernes pasado, como al mediodía, las opciones 2 y 3 del post anterior se dieron casi al mismo tiempo. Estaba pensando en llamarlo cuando tuve que salir de la oficina; en ese momento él me llamó. Así que, finalmente, a mi regreso fui yo quien lo llamé: quedamos en vernos a las 9 p.m. en mi casa.
Lo saludé con una sonrisa sencilla y ese fue el comienzo de una noche increíble. El concierto estuvo lo máximo, Manolo García repetía que si algo había que ser en la vida, era ser felices. Cantó algunos temas de su último CD y me quedaron las palabras “flor de lis” que se repetían en el coro (no sé el nombre del tema ni del disco. Si alguien sabe cual es la canción, por fa, avísenme). Después fuimos al Oso Bar y nos sentamos a conversar, al fondo, horas de horas. Después caminamos hasta La Sede y nos quedamos hasta tarde, riendo, hablando y chupando. Fue una salida linda.Pero acontecimientos posteriores que no voy a revelar me enseñaron algunas cosas este fin de semana:
1. Las bromas malas (como la del serial killer) pueden herir, y mucho
2. Las palabras crean malentendidos
3. Los sentimientos crean más confusiones que las palabras (esto lo sabía desde antes, pero no está demás decirlo ahora)
En resumen, desde el mismo lugar donde cometí el error, te digo que jamás quise herirte, Chico del Jardín Botánico, y te pido disculpas si lo hice. En serio, fue sin querer.
P.D. Después del concierto, en el Oso Bar, conocí a Renato (sí, el mismo de Busco Novia).