Once razones por las que te despedirían
1. Te despedirían si no agregas valor claro y visible, si los resultados de tu trabajo no son fácilmente cuantificables o medibles o si siempre tienes excusas para no cumplir con los plazos. Si tiendes a culpar a terceros o “al mercado” por tu baja performance, o si tu jefe te pregunta con frecuencia “¿pero qué haces todo el día?”, ya sabes.
2. No estar comprometido con la organización o con el propósito común es una buena razón por la que te despedirían. El compromiso, así como la lealtad, son vitales para tener éxito en el trabajo y se demuestran con señales a veces sutiles pero claras y consistentes. Cumplir con lo acordado, dar lo mejor de uno, trabajar con ganas son, por ejemplo, señales claras de compromiso, más aun si el cargo es de responsabilidad o liderazgo.
3. Si te “defiendes” de los cambios y las ideas novedosas, saboteas las nuevas iniciativas para defender tu statu quo o “la manera como siempre hemos hecho las cosas aquí” o si es evidente tu falta de entusiasmo para innovar, aprender cosas nuevas, cambiar o mejorar, puedes dar por hecho que te despedirían.
4. Si peleas con frecuencia con la gente con la que trabajas (incluso con los clientes), si tratar contigo es un desgaste permanente o si vives de conflicto en conflicto con todos sin esforzarte por controlar tu mal carácter, tu negatividad o tu mala actitud, también te despedirían.
5. También te despedirían por ser indiscreto o por divulgar información confidencial que puede dañar a la organización, a su gente, a sus productos o servicios. Por supuesto, también si eres incapaz de guardar un secreto profesional o si andas divulgando por calles y plazas lo que pasa puertas adentro de la oficina.
6. Te despedirían por desleal. La falta de lealtad es quizá la razón más poderosa para perderle la confianza a alguien y no significa necesariamente llegar a extremos como robar, mentir o engañar. Ser desleal también tiene que ver con no velar por los intereses de la organización o ponerlos en riesgo, por usar mal sus bienes o usarlos en beneficio propio o, peor aún, por hacer cosas que pongan en riesgo la reputación o imagen de la organización o que resulten beneficiando a la competencia.
7. Si andas hablando mal de tu jefe o de otras personas de la organización o, por supuesto, de la empresa misma o de sus productos, así sea “solo con tus amigos”. Si no estás contento en tu trabajo, siempre te puedes ir, dignamente y con clase.
8. El no ser solidario con el esfuerzo del equipo o ser aquel al que se le “cae el lápiz” a la hora exacta de salida, a pesar de que los otros están poniendo mucho de su parte para lograr una meta u objetivo común importante, hace evidente que eres fijo para la lista de a quienes despedirían.
9. Si eres arrogante, desprecias a tu jefe o a tus colaboradores, tratas de manipularlos o les faltas el respeto –o a cualquiera, en realidad– y encima vives quejándote de todo y de tu mala suerte en el trabajo, seguro que te despedirían y que difícilmente alguien te daría una buena recomendación.
10. Si tratas de tapar tus errores y haces lo imposible por ocultarlos sin aceptar la responsabilidad que te toca por los mismos, culpando además a otros, seguro que te despedirían.
11. Y si tu vida personal o financiera es desordenada, caótica o te resta energía impactando la calidad de tu trabajo, ya deberías saber que de esa no te salvas.