Polvo en el viento
Es una canción de “Kansas” sobre la volatilidad, pero también una lección de la perdurabilidad y la incertidumbre. Excusen el pesimismo, pero lo que este post pretende es llegar, en vía de Pascal, desde la inquietud a la serenidad y de la serenidad a la plenitud, esto es, lo único sostenible y sustentable en un mundo de polvo y agua: la fe y el espíritu.
Para colocarte en arenas movedizas, asume los siguientes supuestos, que son solo probabilidades y, por tales, posibilidades a considerar:
1. La familia tiende a dispersarse
2. Los amigos se van quedando varados en el camino
3. Los amores vienen, pero se van y, en ocasiones, vuelan por capricho o azar.
4. Los matrimonios son un asunto frágil en una era de compromisos débiles y variables tentaciones. Te puedes quedar en vilo o en nada. Solo.
5. Los hijos son tu simiente y tu sangre, pero nunca existe la certeza que se quedarán. Pueda que seas una pelota de tenis o termines cavilando tu existencia en el menos amigable de los hospicios.
6. La salud es quebradiza y puede romperse como se rompen las ventanas en un terremoto. Ni los terremotos ni las hecatombes son de predecir.
7. Los empleos pertenecen al mundo de lo quebradizo.
8. Quebradiza y sin calendario es la duración de tu existencia. Más súbito que el trueno puede llegar a ser la muerte.
9. El amor eterno es una promesa que dura tres meses.
10. Y al final de todo, sobre el puente frágil, sobre el puente que se tiende a romper ¿Qué te queda?
Quizás al ensayar la mejor de tus plegarias frente a un altar logres interpretar el significado de lo imperecedero y fundamental…