La balada del gol perdido
“Más bajo ya no se puede caer” suelen repetir ciertos economistas y periodistas deportivos para definir una situación límite. Les confieso que no me gusta usar esa frase porque soy un convencido de que, al menos en el fútbol, siempre se puede jugar peor.
Si desastre fue la palabra usada para definir lo ocurrido ante Bolognesi, habría que inventar otra para tratar de explicar la derrota ante Vallejo. A decir verdad, tal como se planteó el partido, no había manera de ganarlo. En primer lugar, la bendita rotación nos regaló una alineación inédita, desequilibrada y, mucho ojo, sin ningún Sub 20 en cancha (lo que nos va a traer problemas en la liguilla porque seguimos lejos de completar la Bolsa de minutos); Fito Espinoza se quedó en la banca para dar paso a un intrascendente Vásquez; se volvió a cambiar la línea defensiva, con jugadores rápidos, pero limitados como Villamarín. En tanto, Ñol, pese a que metió un par de pases-gol, siguió mostrando su sapiencia a cuentagotas. Pero lo más grave fue que el equipo volvió a jugar un fútbol horizontal, lejos del área contraria, poco agresivo, que mantuvo casi sin trabajo a Fisher Guevara durante el primer tiempo. Tal como hizo Bolo, los trujillanos fueron pacientes, no se desesperaron y buscaron el contragolpe para aprovechar los vacíos dejados por nuestros defensas cuando se iban al ataque.
Del clásico para adelante, el equipo se ha venido de cara. Y en la banca siguen sin asomar las respuestas.
Los números asustan: después del gran triunfo ante Alianza, Universitario ha disputado 24 puntos, de los cuales apenas ha ganado 9. Solo ha anotado cinco goles y ha recibido seis. ¿Defendemos muy bien? Por supuesto, pero la línea pierde solidez cuando no juega Galván y es capaz de cometer errores infantiles. ¿O acaso el penal de Villamarín a Ugaz no pareció obra de un novato? En recuperación de pelota no andamos mal, sin embargo, de nada sirve tenerla rápido si después no sabemos qué hacer con ella. ¿Por qué Rainer no la hace más fácil? ¿Nadie le ha explicado que demorar el traslado del balón un pecado mortal en el fútbol de hoy?
Reitero el concepto que señalé en el post anterior: no solo se necesita un ’9′ neto, el equipo requiere con urgencia de ideas. El vértigo, el movimiento permanente de los hombres de ataque para buscar espacios que tanto nos deslumbrara en el inicio de la temporada, no existe más. Los delanteros no rotan ni marcan el camino de la pelota y cometen el error de alejarse demasiado del área. Los volantes no son verticales, le huyen a las paredes y usan muy poco los pases cruzados para romper la defensa rival. Una señal de lo mal que estamos fue que el único que se atrevió a encarar e intentar ser profundo resultó siendo Galliquio. El resto se dedicó a pasarse el balón, de un lado a otro, como si este quemara. La ‘U’ debe crear no más de tres o cuatro situaciones de gol por partido, un promedio bajísimo para un equipo que pretende ser campeón.
Con la incorporación de Quina al fútbol belga, tal parece que se podrá contratar a un centrodelantero. No obstante, de nada servirá traer a un atacante, ojalá de buen nivel, si el déficit de ideas se mantiene. Luego del partido, Solano declaró que la derrota había sido un “baño de humildad”. Ojalá Reynoso piense lo mismo.
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