Insisto, la pelea es por no descender
La bronca nos nubla, nos descontrola, sobre todo si es luego de una derrota en el último minuto. La primera reacción es buscar culpables: el árbitro, Del Solar, Schuller, Llontop; pedir castigo eterno para Butrón o preguntar en qué gaveta de su casa Polo dejó olvidado su fútbol . Es una reacción lógica, pasa acá y en todo el mundo. ¿Por qué? Porque el hincha es pasional, quiere resultados y se olvida de lo más importante: para ganar se necesita un equipo y, en estos momentos, Universitario no lo tiene. Desde el inicio de la campaña dije que el objetivo de la temporada debía ser pelear por no descender. Muchos de ustedes me criticaron, me dijeron mezquino y señalaron mi derrotismo. Hay jugadores, decían. “¡La ‘U’ tiene que luchar siempre por el campeonato!” “¡El hincha crema que piensa distinto no tiene perdón!”
Pues lamento desilusionarlos. Yo sigo en la mía. La crema tiene un equipo corto e inexperto, con jugadores pundonorosos, con hambre de gloria, algunos de ellos dueños de un futuro inmenso, pero aún en proceso de consolidación. En Cusco faltó Galliquio y la defensa fue una lágrima. El fin de semana que viene no estarán Rainer, Toño, Ximénez ni Ampuero . ¿Con quiénes los reemplazamos? ¿Romero, Vargas, Chirinos y Tomasevic? ¿Es la hora de revancha para Camino? ¿Qué vuelva el otro Gonzales?
Y el rival del fin de semana es Vallejo, el puntero del campeonato, en Trujillo.
SE VEÍA VENIR
A los 15 minutos del segundo tiempo ya el partido era de un solo lado. Navarro se dio cuenta de que necesitaba recuperar la pelota y mandó a Fernández por Montaño. La presión y el oficio de los santos se hizo sentir y la ‘U’ se salvó de un par de ocasiones claras. No había que saber mucho de fútbol para darse cuenta que el empate se caía de maduro y restaba tiempo suficiente para lograr la remontada.
La ‘U’ peleó con lo que pudo. Sin Rainer, resentido de una lesión minutos antes del compromiso, Toño trató de multiplicarse. Lo apoyó Ampuero y, sobre todo, Calcaterra, un jugador que está lejos de ser un superdotado, pero que se gana el respeto del hincha por su despliegue, habilidad y corazón poderoso.
Pero Horacio –que apenas tiene 23 años- no es Grondona ni Martínez. Su llegada a la ‘U’ fue una apuesta desesperada de un club al borde del precipicio. Trata de ponerse el equipo al hombro y manejar los tiempos, y punto. Además, no tiene compañía. En tales circunstancias, pedir más es irreal.
Flores es un jugador con estupendas condiciones. Tiene dominio de pelota, visión y un descaro que lo hace distinto. Sin embargo, dista mucho de ser un futbolista consolidado, por eso puede regalarnos una actuación sublime ante León o mostrar solo chispazos de su valía como ocurrió el último martes. Lo mismo pasa con Ampuero. Varios escalones abajo están Chávez y Schuller, quien después del clásico era el nuevo guerrero de la zaga merengue y hoy es apenas la marca de unas tabletas de uña de gato.
Sumémosle a ello las evidencias de una mala pretemporada –el equipo se vino abajo a mediados del segundo tiempo-, el bajo rendimiento de algunos jugadores (Llontop no tiene la regularidad de otrora, La Rosa no da garantías) y otros etcéteras que completan un resumen poco halagador.
¿Y Chemo? Su pésima planificación y el mal manejo que tuvo del plantel fueron factores preponderantes en el desastre que se vivió la temporada pasada. El campañón en la Sudamericana –pese al triste final- le restituyó el crédito y, claro, su labor para mantener unido al plantel en los momentos más críticos del año.
Si Universitario tiene un plantel en este 2012 se lo debemos a la hinchada y a él. Ello, sin embargo, no lo hace inmune a las críticas. Frente a un equipo superior como San Martín, logró ejercer un ligero dominio en la primera etapa. En el complemento, cuando Navarro mandó a Fernández, hizo el cambio correcto al hacer ingresar a La Rosa porque Toño pedía chepa. Pero el trabajo de Juan Carlos fue deficiente y no se recuperó el equilibrio. Luego quiso mantener la presión con Olascuaga cuando, dadas las circunstancias, hubiera sido mejor darle más oxígeno a la volante. La gran pregunta es ¿con quién?
¿Los problemas del equipo se solucionan cambiando de entrenador? No necesariamente. En primer lugar, ¿habrá algún técnico de prestigio que quiera venir a la ‘U’? Y quien lo haga, lo primero que va a pedir es refuerzos –desde mi punto de vista se necesita, por lo menos, un jugador por línea-. ¿Hay plata para darle gusto?
No me interesa defender a Del Solar. Si es posible traer a un entrenador superior y relativamente barato, ojalá sea así. El punto central es que los problemas de Universitario van más allá de su entrenador. Si la crema está en zona de descenso es porque está pagando años de desatinos. Hoy la plata solo da para tener un plantel corajudo, peleador, pero corto, joven e inexperto. Por más que nos duela, tenemos que aceptar la realidad: el objetivo primordial de la ‘U’ esta temporada debe ser salvar la categoría. Si se puede obtener más, excelente. Por ahora, lastimosamente, no hay plantel para aspirar a más.
Espero sus comentarios. Un abrazo para todos.