Vergüenza en Moquegua
Más que la goleada, duele la forma cómo se perdió. A la sucesión de torpezas que hubo en la cancha y en el banco, se añadió un ingrediente inédito: falta de entrega. Enredado en su desconcierto, Universitario bajó los brazos rápidamente, olvidó aquello que lo distingue y dibujó sobre el verde moqueguano una actuación penosa que, no tengo ningún temor en decirlo, agravia su historia. Perder forma parte del juego. Por lo general es producto de la superioridad de uno de los contrincantes, ya que no son pocos los casos en que el azar mete la cola. Pero hay derrotas memorables, honrosas, en donde más allá de la tristeza lógica por el resultado, el vencido puede irse al camarín con los dientes apretados y el corazón a mil por hora, convencido de que dio todo lo que pudo, que en su cuerpo no le queda una gota más de sudor que derramar.
Por eso esta derrota duele. Además de no saber sobreponerse ante la desventaja inicial, la ‘U’ se abandonó a su suerte conforme avanzaron los minutos. Y cuando Cobresol hizo el segundo, después de una estupenda jugada de contragolpe, bastaba con mirar a los once que deambulaban en la cancha para darse cuenta que no había manera de cambiar las cosas.
La historia crema es rica en sucesos imborrables que al hincha lo llenan de orgullo. En los peores momentos, cuando nadie daba un céntimo por el equipo, Universitario ha revertido derrotas que parecían consumadas con ese corazón enorme que lo hace distinto. Nada de eso se vio el domingo. A la desesperante falta de ideas para abrir la defensa sureña, se sumaron jugadores que parecían ausentes, faltos de un líder que con un par de gritos los sacara de la catatonia en que estaban inmersos.
MALAS ELECCIONES
Las contrataciones no dan fuego. Aunque salvó su valla hasta en tres ocasiones, Cook es un arquero con notables falencias técnicas. No sabe cortar centros y cuando debe agarrar la pelota, apuesta por sacarla con el puño, sin la fuerza y la elevación necesarias para hacerlo. En suma, no da seguridad.
Enahoro es un fiasco. Carece de velocidad, regate y contundencia. La razón por la que permaneció tanto tiempo en la cancha es un misterio.
Baylón es fuerte, pero no define bien. Tuvo una clara y la erró, como sucedió antes frente a Huancayo e Inti Gas. Está desperdiciando su oportunidad de oro para dejar de ser un jugador del montón.
Finalmente, entiendo que la pretemporada fue mala y algunos jugadores están golpeados, pero salvo casos de fuerza mayor, no veo motivo para que Solano persista en la rotación. Si a la dupla Saco Vértiz-Ampuero le fue muy bien, ¿para qué romperla? ¿Por qué Rivas empezó por derecha? ¿El ‘Chino’ Ximénez no debe ser titular?
Ñol necesita revisar su libreto, olvidarse del pelotazo frontal y trabajar con un once definido. El equipo luce muy esquematizado, previsible, lo cual facilita la labor del rival. Cobresol, con muy poquito, no se hizo problemas: esperó y contragolpeó. ¿Qué podrá hacer un equipo mucho mejor preparado y con jugadores más calificados como Cristal?
Pareciera que salvar la baja, cobrar al día y recuperar la estabilidad institucional agotó la mística de algunos jugadores. Este jueves tienen la oportunidad de demostrar que no es así.
Espero sus comentarios. Un abrazo para todos.