¿Cómo saber qué tipo de yoga practicar?
“Me lesioné por culpa de correr todas las mañanas”. “Me dañé la rodilla por culpa del yoga”. “Me duele la espalda porque el fútbol es muy intenso”.
Tendemos a echarle la culpa a todo por nuestros dolores físicos y mentales; nos cuesta tomar la responsabilidad. Porque -al menos que sea un accidente- los deportes y las buenas prácticas no hacen daño. Lo que nos hace daño es no ser conscientes de nuestros movimientos o de cuando el cuerpo nos pide un descanso.
En el caso específico del yoga, este no hace daño nunca. Pero claro, hay que saber qué estilo hacer y cuántas veces practicarlo a la semana y de más.
Aquí una lista de cosas a tener en cuenta si quieres practicar o si ya lo haces, pero no ves muchos resultados positivos:
1. Si sufres de presión alta. Si el nivel de tu estrés es demasiado alto; eres muy hiperactivo y sufres de asma: no deberías de practicar asanas (posturas) intensas. Es decir: no power yoga, o vinyasa. Debes de optar por prácticas más lentas.
Y si te gusta meditar, o quieres empezar a hacerlo, puedes hacerlo mientras te das una vuelta al parque. Es mejor que lo hagas en contacto con la naturaleza.
2. Si sufres de presión alta, evita las asanas en las que te inclinas hacia adelante y tampoco practiques inversiones (pararte de cabeza, pararte de manos, poner las paredes contra la pared y de más). Aléjate de los saludos al sol muy rápidos o intensos. Mejor, incluso, si no los haces.
3. Si te han diagnosticado diabetes: Todas las posturas en la que estás sentado o sentada funcionan muy bien. También está bueno que abras el pecho y que estires el estómago: quieres crear espacio en tus órganos internos, más que nada en el páncreas. Torcer también te favorece. Tu práctica debería de ser suave. Nada intenso.
4. ¿Depresión?: Meditaciones activas: sal a caminar. O de pronto te puedes inscribir en un taller de cocina y hacerlo conscientemente. Practica una respiración alternada: dedo pulgar en fosa nasal derecha; dedo índice y medio entre las cejas y los dos que restan en fosa nasal izquierda. Inhala por el lado izquierdo, exhala derecho. Inhala derecho, exhala izquierdo. Repites. 5 minutos.
5. Insomnio: El insomnio más que nada es una repercusión de otra cosa que esté fastidiando el cuerpo, como el estrés: antes de dormir, siéntate en la cama, coloca tus dedos índices en las orejas (tapándote los oídos), cierra los ojos y canta “Om” con los labios cerrados. Vas a sentir la vibración dentro de ti. Repetir 10 veces.
6. ¿Sientes mucha ira últimamente?: Si practicas yoga regularmente y en una clase te piden que retengas el aire, no lo hagas. Sigue respirando de manera natural. Puedes también echarte en el piso, poner tu mano sobre el estómago y respirar profundo, sintiendo cómo la mano sube y baja con tu estómago. Así 2 o 3 minutos.
7. Dolor de articulaciones: No entres a una clase de yoga de frente. Primero entérate qué estilo o qué profesor le da énfasis y tiempo a estirar y calentar bien; básicamente a mover las articulaciones una por una. Si entras de frente a hacer posturas, te vas a lesionar más.
8.¿ Lesiones pasadas?: Ten paciencia. Tómate tu tiempo. Cumple terapia si te mandaron a hacerla. Si entras a clase habla con el profesor y no hagas de más. En la práctica nada debería de doler.
9. Dolor de espalda: Si es intenso, mejor ir a un doctor primero. Tener cuidado con las inclinaciones hacia adelante. Evitar los saltos. Tener siempre una correa y un bloque al lado en clase y las inclinaciones hacia atrás, solo hacerlas con supervisión del instructor de tu clase.
Todos estos son consejos muy básicos. Pero te pueden dar una ayuda de qué hacer y qué no en una clase o en casa. Por supuesto, consulta con tu doctor antes.
Namasté.