Durante sus últimos años de carrera, en el verano del 2002, el joven biólogo marino Nelson Vásquez y su experimentado colega Martin Thiel viajaron a las playas El Francés, Punta Teatinos y Lagunillas, en Coquimbo, Chile. Su objetivo era estudiar las algas marinas, pero en su lugar encontraron cantidades preocupantes de basura tanto en la arena como en el mar.
El problema, pese a ser alarmante, carecía de atención: no había información científica sobre la basura en las playas chilenas. Frente al mar repleto de desechos y a la desinformación ciudadana, nació la idea de formar un colectivo para investigar el origen de esta contaminación.
Cuatro años después, en el 2006, postularon esta idea a un concurso y resultaron ganadores. Fue así que decidieron fundar su propia asociación y la bautizaron como los “Detectives Científicos de la Basura”. Desde entonces difunden información, investigaciones y propuestas de desarrollo y fomentan el interés ciudadano por la ciencia.
En el 2008, reunieron a 45 colegios para el primer muestreo de basura en 45 playas distintas de la región. A la fecha realizan muestreos cada cuatro años. “Por primera vez se generó información científica sobre la basura en la playa”, nos cuenta el fundador Martin Thiel. Tras esta gran hazaña cambiaron al nombre con el que se identifican actualmente, los “Científicos de la Basura”, centrados en difundir el trabajo científico.
El grupo está integrado, en su mayoría, por biólogos marinos e investigadores, pero también hay periodistas, maestros de escuela, divulgadores científicos y editores de México, Panamá, Perú y otros países. A través de proyectos e investigaciones difunden mensajes sobre la crisis socio-ambiental.
Ese el caso de su proyecto más reciente “Compartiendo Caleta la Ciencia”, a través del cual los pescadores de Guayacán, Chile, y los científicos comparten sus experiencias para desarrollar una red de información. Además, ayudan a los pobladores a comprender el impacto de la contaminación. El proyecto ha crecido y actualmente participan 50 colegios de Chile, Colombia y Perú, entre otros.
En el 2009 llegaron a Perú por primera vez, como parte de sus estudios sobre la basura marina en la costa del Pacífico sudamericano. Las primeras actividades con alumnos de la Red de Científicos de la Basura del Pacífico (ReCiBa) iniciaron en 2018, al día de hoy participan escolares de cuatro colegios peruanos.
UN OBJETIVO EN COMÚN
Esta red medioambiental ha traído muchos beneficios a aquellos que participan de ella. El licenciado en historia y geografía, Pablo Bruno Pedreros, docente del Colegio Peruano Alemán Beata Imelda, nos cuenta acerca de su experiencia con Científicos de la Basura.
Conoció el programa en el 2018 y junto con otros colegas identificaron los beneficios que podrían obtener sus estudiantes. “El programa es muy interesante y beneficioso para el alumnado y el colegio, pero más aún para la sociedad y el medio ambiente. Investigar en conjunto con otros países y escuelas es una experiencia más que significativa. Te transforma”, sostiene.
El profesor recuerda que una de las actividades con los científicos se realizó en la playa San Pedro, en el distrito de Pucusana. Los estudiantes exploraron y recolectaron microbasura para el muestreo. Ya en el laboratorio descubrieron que más del 90% de la basura mostraba algún tipo de interacción con microorganismos. Los estudiantes concluyeron que la basura no provenía de corrientes marinas, sino que la gente la había dejado.
Para el profesor Pedreros, ReCiBa ha permitido a profesores de distintas nacionalidades unirse por una causa en común y concientizar a la gente. Para Martin Thiel, la interacción con otros países permite conocer sus realidades y observar sus similitudes. La principal de ellas: el objetivo en común de apoyar esta lucha por el planeta. Científicos de la Basura tiene un gran impacto en sus alumnos, quienes no solo aprenden, sino que también enseñan a sus familias. “Algunos chicos están siguiendo la carrera de biología marina; estar con los Científicos de la Basura les abrió los horizontes, ha sido sumamente importante”, añade. Martin Thiel comenta que para los Científicos de la Basura sería un logro acabar con los deshechos en los mares dentro de 10 años, aunque eso signifique el cierre de la organización. Su mayor meta es proteger los océanos y seguirán esforzándose por ese sueño.
En el año 2019 elaboraron el libro “La hermandad de las tortugas” y lo han convertido en audiolibro, para que así se pueda escuchar la historia de esta especie, y por qué es importante protegerla.