Chojun Miyagi, la historia del hombre en el que se inspiró el Señor Miyagi de “Karate Kid” y el legado que dejó en las karatecas peruanas

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La historia resalta las enseñanzas del Señor Miyagi y su recordado “Lijar, pulir, encerar” con los que Daniel llega a encontrar el equilibrio necesario para dominar las técnicas de karate. Pero el maestro también le enseña sobre bonsái, paciencia, respiración, disciplina, trabajo y hace hincapié especialmente en la filosofía de las artes marciales orientales. ¿Qué es eso? Un método de superación personal, que más allá de buscar la violencia, su objetivo principal es dejar de lado los miedos para ser mejor persona.

El boom que causó la película y ahora la serie hizo que muchos de sus fanáticos se pregunten de dónde nació la filosofía de vida del Señor Miyagi y si está basada en hechos reales. La respuesta es sí. Pero para conocer es necesario remontarse hasta el 25 de abril de 1888, hace un siglo y 24 años, día en el que nació Chojun Miyagi, la inspiración de toda esta obra de arte.

Una vida dedicada al Karate

Chojun Miyagi tenía apenas 13 años cuando empezó a practicar artes marciales para fortalecer su cuerpo. Formado por Kanryo Higaonna, el joven estudió Naha-Te, arte marcial de un estilo con fuertes raíces chicas. Chojun era el alumno más dotado, el mejor discípulo. Sin embargo, luego de la muerte de su maestro, tuvo que viajar a China para perfeccionarse en las artes locales de Fujian.

Al retornar a Okinawa, Miyagi decidió dedicarse al cien por ciento a enseñar su arte perfeccionado. Dio clases a la policía local y en una escuela de Naha, además de otros lugares. Interesado en enseñarle al mundo su karate, viajó por distintos países y participó en diferentes conferencias de exposición.

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Como todo en su inicio, Miyagi tuvo que ponerle nombre al estilo que practicaba. De acuerdo a Okinawa Goju Ryu Karate-Do Kyokai, en la década del 30 el maestro le dio el nombre de Goju-Ryu, que se basó en una frase de un poema chino: “Todo en el universo respira duro y suave”. Sin embargo, la historia detrás del nombre nos la contó Evelyn Grandez, seleccionada peruana de Karate que obtuvo la medalla de bronce en el último Sudamericano disputado en Bolivia y practica desde siempre el Goju-Ryu.

“El maestro Miyagi envió a uno de sus discípulos como representante de los estilos de Okinawa a una convención nacional de artes marciales en Kioto, en 1930. Cuando a este le preguntaron por el nombre de su estilo, contestó de manera improvisada: ‘Hanko-Ryu’, que significa escuela semidura. A su regreso a Okinawa discutió el asunto con el maestro, quien al final decidió llamar a su arte Gojo-Ryu, que significa duro y suave”.

Tres años después, el arte del señor Miyagi fue registrado formalmente en el Dai Nihon Butokukai, que es la gran Asociación Japonesa de las virtudes marciales. Y en 1940 creó sus propias katas (Gekisai-Dai-Ichi y Gekisai-Dai-Ni) con el objetivo de popularizar el karate y mejorar la educación física en jóvenes. “Estos son los katas básicos del estilo, los primeros que aprendemos”, nos cuenta Evelyn.

Miyagi dedicó su vida entera al estudio del karate, su perfeccionamiento y difusión. La base de su estilo radica en técnicas de combate circulares y mucha disciplina en la meditación y respiración para desarrollar la fuerza mental y espiritual necesaria. Dejó un legado en el mundo de las artes marciales falleciendo un 8 de octubre de 1953 a la temprana edad de 65 años.

“El karate es una disciplina que te ayuda en la vida. Te brinda valores como la honestidad, tolerancia, respeto, puntualidad. Todo esto te ayuda en el trabajo, estudios o en cualquier ámbito”, afirma Gianella Lozano, la karateca peruana que ganó una medalla de oro en Panamericanos Juniors de Cali a fines del año pasado y es campeona nacional en su categoría

Para la maestra Lidia Araujo, “el karate es una forma de vida” que “tiene un impacto positivo en las personas a cualquier edad”. “En los niños se enseña la concentración, el desarrollo psicomotor, contribuye en su autoestima y se practica normas de cortesía. Y en los más grandes, ayuda a canalizar y equilibrar emociones y pensamientos en situaciones de crisis y estrés”.

“El honorable guerrero” Miyagi transformó la historia del arte marcial donde “no existe el primer golpe”. Pero, además del legado marcial también hay un patrimonio cultural. La próxima vez que veamos a Daniel LaRusso en “Cobra Kai” o al Señor Miyagi en “The Karate-Kid” sabremos que detrás del icónico personaje hubo un hombre de carne y hueso. Un artista marcial que vivió y murió en Okinawa creando su propio estilo. Y se llamó Chojun Miyagi.