Pedro Gallese fue el arquero con más atajadas en la Copa América. (Foto: Daniel Apuy / El Comercio)
Pedro Gallese fue el arquero con más atajadas en la Copa América. (Foto: Daniel Apuy / El Comercio)
Julio Vizcarra Torres

El marcador dice 3-1, pero ningún peruano quiere dejar el Maracaná. Advíncula llora como un niño y todos lo acompañamos desde las gradas. Paolo mira el césped buscando respuestas y nosotros miramos al cielo de Río, con tristeza como el capitán pero también con ilusión, por el regalo de esta Copa América. Cuando todos daban a Uruguay, Colombia y Argentina como rival de Brasil en la final, estos futbolistas se repusieron a un 5-0 mortal y nos enseñaron a soñar. Otra vez. Nos hicieron recordar que las finales no son ajenas, que podemos jugarlas y salir con la frente en alto. Fue 3-1, pero sentimos orgullo desde que se entonó el himno nacional hasta que el estadio se puso de pie para reconocer a Perú en la entrega de medallas. Perdimos, pero no lo sentimos así.

Se termina una historia en la que la selección le puso color a la final de 1975. Esta actualización acabó con la estadística perfecta de la Blanquirroja en instancias decisivas de la Copa, aunque renovó la confianza con una selección que llegó con dudas y se fue con un lugar en el podio, cuando nadie lo esperaba. Luchó siempre. Luego de Everton abrió el marcador sobre los 15’, tras gran desborde de Gabriel Jesus, Perú reaccionó y, cerca del final de la etapa inicial, empató con penal anotado por Guerrero. Thiago Silva cortó un pase de Cueva con la mano y el árbitro Tobar no dudó en cobrar. Sí lo hizo para revisar el VAR, esa herramienta que generó más dudas que certezas en el torneo.

Guerrero, uno de los máximos artilleros de la Copa América con tres goles. (Foto: Daniel Apuy / GEC)
Guerrero, uno de los máximos artilleros de la Copa América con tres goles. (Foto: Daniel Apuy / GEC)

—Felicidad efímera—

La ilusión duró minutos. Guerrero por fin le anotó a Brasil, el décimo seleccionado en su historial, e hizo silenciar el Maracaná y a sus más de 60 mil hinchas. Además, le quitó el invicto al arquero Alisson. Sin embargo, el grito a todo pulmón del ‘9’ acabó siendo ahogado por una situación inesperada. A la siguiente acción del 1-1, Yotún perdió un balón en salida. Tapia se resbaló cuando iba a cerrar, lo mismo Zambrano, que era el último hombre. Todo en la misma jugada. Gabriel Jesus no falló frente a Gallese. 2-1 y al descanso.

El complemento tuvo a un anfitrión algo asustado, sensación que venía desde las tribunas. Brasil ganaba sin ‘jogo’ bonito. Así, con un local más cauteloso, la final sufrió un punto de quiebre luego de la roja a Gabriel Jesus. El delantero del Manchester City vio la segunda amarilla por una entrada vehemente contra Zambrano. A su salida hizo un show de ira, que casi le cuesta al partido el monitor del VAR, en el que juez revisa las jugadas polémicas.

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Con uno más, el equipo el equipo de Gareca, que en todo momento pedía la pelota al ras del campo, tomó el control del duelo, generando zozobra en el fondo brasileño. ‘Oreja’ Flores metió miedo con un zurdazo. En tanto, algunos centros al área de la Canarinha daban aroma de empate. Hasta que Tite reaccionó. El entrenador brasileño movió el banco, adelantó a Dani Alves al mediocampo y enfrió a Perú.

Los minutos transcurrían, la final se disputaba al ritmo del local y llegó el penal inventado por Tobar. Con el balón lejos, casi en las manos de Gallese, Everton cayó tras un choque con Zambrano. El juez chileno revisó la acción por el VAR y ni aun así cambió de parecer. Richarlison puso el tercero, sellando el noveno campeonato de Copa América de su país.

Las lágrimas caen tan fuerte como la lluvia que azotó el viernes Río. Es un llanto de todo un pueblo triste, pero orgulloso de su selección. Ayer no se pudo; sin embargo, habrá revancha. Las Eliminatorias hacia Qatar aparecen en el horizonte como el mejor escenario para hacerlo.

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