Duele porque se pudo cambiar el desenlace. Porque, al margen del desarrollo adverso del partido, ese penal de Yoshimar Yotún nos confirmó que aunque sea una opción de gol íbamos a tener. Duele haber perdido 1-0 con Argentina, porque los rivales directos sumaron. Porque Qatar no ha desaparecido, pero comienza a alejarse. Otra vez repetiremos sin cansancio un disparo desde los doce pasos. Duele repetir historias. Esa pena máxima, en el estadio de River Plate, ha sido monumental.