La guerra en Ucrania ha creado la tormenta perfecta para que los precios de los hidrocarburos – que venían escalando en meses previos – anoten nuevos récords con negativas consecuencias para países como el Perú, que importan casi todo lo que consumen.
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“El efecto sobre el petróleo, las gasolinas y el gas licuado (GLP) nos va a pegar muy fuerte”, explica Gonzalo Tamayo, ex ministro de energía y minas.
La guerra, ciertamente, ha puesto en riesgo los envíos rusos de petróleo y gas natural hacia Europa, los cuales representan el 25% y 46,8% del consumo de este continente, respectivamente.
El efecto inmediato ha sido una nueva alza récord en el precio del barril Brent, el cual superó el pasado 24 de febrero (día en el cual el ejército ruso inició su ofensiva armada) la barrera de US$105 por primera vez en ocho años.
Y algo similar ocurrirá con el precio del gas natural en Europa, “que ha venido trepando tremendamente desde antes del conflicto en Ucrania”, anota Aurelio Ochoa, ex presidente de Perú-Petro., a Día1.
Gas para Europa
Lejos de ser perjudicial para nuestro país, sin embargo, el aumento de la cotización del gas natural sí nos aportará beneficios debido a que se trata de un combustible que producimos en abundancia (el único, en realidad) y que exportamos, precisamente, hacia Europa y Asia, donde se paga más por él.
Las estadísticas de Perú-Petro son elocuentes: 22 buques metaneros con gas natural licuado (GNL) producido en Pampa Melchorita (Cañete) alcanzaron las costas europeas en el último año.
Esto es la cuarta parte de todas las exportaciones de GNL peruanas en dicho periodo.
La guerra, advierte Gonzalo Tamayo, va a reforzar los cambios estructurales que vienen ocurriendo en Europa para independizarse energéticamente de Rusia, lo cual “abre una oportunidad para continuar aumentando el valor de las exportaciones peruanas de GNL” hacia dicho continente.
Así lo considera también Álvaro Ríos, socio director de la consultora latinoamericana Gas Energy.
“Ahora con los precios [del gas natural] que se están dando en Europa desde hace cinco o seis meses atrás, sumado a lo que se viene con el conflicto en Ucrania, tenemos unos precios internacionales impresionantes”, afirma.
Hablamos de precios de US$25 a US$30 por millón de BTU, muy lejos de los US$3 por millón de BTU registrados a fines del 2020. ¿Cómo beneficia esto al Perú?
Mejores precios para el Perú
“En el corto plazo queda claro que la exportación de GNL va a generar más ingresos”, refiere Gonzalo Tamayo.
Esto significa más regalías y canon gasífero, que se pagan en función de los precios de materialización (realización) del gas en el mercado internacional, anota Álvaro Ríos.
El especialista ha calculado lo que recibirá el Perú por el gas natural vendido en Europa. Según sus estimaciones, por cada millón de BTU comercializado a US$25, el país recibirá US$12,8; tajada que subirá a US$15,9 cuando el marcador alcance los US$30.
Esto es, cinco veces más que los US$3,6 que recibíamos al precio de US$10.
No es esta, sin embargo, la apreciación de Aurelio Ochoa, para quien la exportación de gas natural beneficia más al consorcio exportador (Peru LNG) que al país.
Esto, debido a “una limitante” en el contrato de exportación que impediría que recibamos regalías acordes con los altos precios.
“Se trata de la Tabla de los Valores Mínimos para Valorización, aprobada en el contrato del lote 56 (exportación), la cual, tal y como está diseñada, resulta un obstáculo porque pone un techo de US$10 por millón de BTU a lo que pueda obtener el Estado”, explica.
Por esta razón, el geólogo considera que este es el momento más adecuad para que el Gobierno se siente a negociar con Peru LNG para mejorar esta ecuación, en vista “de la magnitud de los precios que se van a sostener por el tema de Ucrania”.
Valorización del gas
Gonzalo Tamayo advierte, sin embargo, que esa tabla de valorización se ha vuelto más transparente con el paso del tiempo, por lo que hoy cabría esperar que reditúe ganancias para el consorcio y para el país.
De hecho, señala que la mala aplicación que se hizo de ella – por parte de Repsol cuando formaba parte de Perú LNG – condujo a un arbitraje internacional que ganó el Perú.
“Todo se puede mejorar y negociar, pero lo cierto ahora es que el Perú va a recibir buenas cantidades de canon y regalías”, anota Ríos.
A su entender, la ecuación con el gas natural es tan positiva para el país hoy – a diferencia de lo que ocurría años atrás – que el Gobierno debe aprovechar en construir otra planta de gas natural licuado en el sur.
Dicha planta exportaría más gas, dinamizando a su vez la exploración y producción de este recurso energético. Pero, no sólo eso, permitiría también activar la demanda de gas, viabilizando con ello la construcción del SIT Gas (gasoducto surperuano).
“El Perú debe aprovechar esta bonanza del gas natural que viene por los próximos cinco, diez o quince años”, apunta Ríos.
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