De acuerdo con lo previsto, el tendido de fibra óptica para llevar Internet a 21 provincias debería estar operativo desde el 2016, con las primeras ocho redes listas, pero aún no lo está. La viceministra de Comunicaciones, Virginia Nakagawa, nos explica qué planean hacer al respecto.
—Ya se licitaron 15 redes regionales, pero se han ido firmando adendas y se dilataron las entregas...
Han tenido, sí, muchas adendas. En total son 82 adendas. Pero ninguna de ellas ha significado mayor inversión al Estado. Por ampliación de plazo fueron 53, y por modificaciones técnicas, 29. En mi gestión se han suscrito 11.
—¿Por qué han habido tantas y qué se planea hacer para que no se sigan generando más adendas?
Se trata de cambios de locales, prórrogas de plazos, entre otros. Fitel [Fondo de Inversión en Telecomunicaciones, órgano encargado de estos proyectos] ha sido sensible al recoger ampliaciones de plazos debido a que es difícil sanear terrenos en zonas rurales. Pero lo que no se puede hacer es seguir exonerándolas. Ya no hay motivos de fuerza mayor. La excepción no puede ser la regla. Por ello Fitel ahora va a denegar las solicitudes extra de plazo. Ya es hora de que entreguen las redes listas.
—¿Usted cree que los problemas parten de contratos mal diseñados
Vemos, sí, una falta de flexibilidad en los contratos que se podría mejorar.
—¿Qué harán para que no se repitan los problemas en las redes que faltan?
Queda claro que nos vamos a tener que mudar a provincias a supervisar el cumplimiento desde el minuto cero. No se puede esperar al final. Creo que es la única manera. Pero tengo un nuevo secretario técnico en Fitel que se encargará de su reestructuración. Es hora de dejar los modelos que ya no funcionan. Pulir los indicadores de calidad y pensar en incentivos para que los operadores se queden. Se les podría dar frecuencias en esas zonas rurales.
—¿Planean darles espectro de telefonía móvil?
Estamos en la mesa de dibujo. No ha salido nada aún. ¿Por qué no darles más? Usar el espectro [sin explotarse] sería como un efecto pop corn. Hay que considerar ir más allá de las cosas duras establecidas en el contrato.
—¿Esos cambios son parte de la reestructuración?
Hay una recomendación del órgano de control para que Fitel se reestructure. Tiene que ser un brazo constructor ahí donde no hay competencia, sin afectar el rol subsidiario. Se busca convertirlo en un programa con mayor flexibilidad y más funciones.
—¿Y considera que para el 2021 estará todo listo?
No sé si el 2021 esté todo. Tenemos proyectos que recién se van a concursar.
—¿Se harán más cambios normativos?
Está la ley de banda ancha. Estamos evaluando el modelo económico. Hemos contratado una consultora para estudiar cómo modificarla. Es ineficiente. Quizás tuvo lógica al inicio, pero ahora reconocemos que estamos en un mercado distinto. Queremos hacer algo inteligente, un modelo que sí funcione.