Crecer y mantenerse en el mercado siempre ha sido un desafío para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). En el Perú, donde representan el 99,9% de las compañías, el reto es aun mayor cuando los emprendedores buscan ir más allá e internacionalizarse.
El peso de las ventas de este segmento sobre las exportaciones totales (1,8% en el caso de las mypes en el 2018, según Comex Perú) y la tasa de deserción (uno de diez se mantiene al décimo año de operaciones, según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo [Mincetur]), reflejan la dificultad. ¿Qué las frena en un contexto de apertura comercial del Perú y una economía global regida por lo digital?
La informalidad, que alcanza al 83,3% del universo mype, es quizá el mayor desafío en un escenario en el que el ‘e-commerce’ crece 30% por año en el país, según datos de la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (Capece). En efecto, de acuerdo a Helmut Cáceda, presidente de dicho gremio, las prácticas empresariales informales (no entrega, entrega tardía, problemas de calidad, etc.) suelen trascender el espacio físico y distorsionan el ecosistema digital.
►¿Cuál es la situación actual de los regímenes mypes?
►Era digital: ¿Cómo se deben gestionar los recursos humanos?
En el ‘marketplace’ regional Mercado Libre reconocen la desconfianza que existe en el canal ‘online’, por lo que han implementado herramientas para mitigarla (por ejemplo, compras protegidas), apunta Pedro White, Head of Marketplace de Mercado Libre Perú.
Aun así, dice, creen en la oportunidad que supone para que las pymes se internacionalicen. De allí, que estén desarrollando una iniciativa para acelerar el comercio entre fronteras, asegura, sin mayor detalle.
Otro desafío estructural son los sobrecostos logísticos, asociados al transporte, que limitan las posibilidades de expansión de mercado. Este es el caso de la pyme fabricante de sistemas de iluminación Portalámparas, que este año está camino a retomar sus despachos a Ecuador como beneficiaria del Programa de Apoyo a la Internacionalización (PAI). “En Bolivia, la gran barrera es el alto costo de la exportación. Hasta Desaguadero (Puno) hay como 30 peajes [...] Si queremos salir como país agresivamente a los países fronterizos, debería haber una política puntual para que los productos no se encarezcan”, opina Sergio Ordóñez, gerente comercial de la firma.
La necesidad de diversificar e innovar la oferta pyme peruana al mundo también cuenta. Según datos de Comex Perú, los sectores metalmecánica, textil y confecciones, y agropecuario, hoy lideran los despachos del segmento. Ir hacia mercados de nicho, como los ‘superfoods’ peruanos para la industria de cosméticos, es una opción, apunta Fernando Camell, presidente de la Asociación de Emprendedores del Perú (Asep). Otra es exportar servicios, desde plataformas tecnológicas, como lo hacen las startups, agrega Jorge Ochoa, presidente del Gremio de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima.
¿Y el financiamiento? Este, a juicio de Ochoa, es el talón de Aquiles de las pymes que buscan crecer. Según señala, las tasas de interés en el sistema financiero son hasta ocho veces más que para una gran empresa.
El PAI, creado en el 2016 por el Mincetur, busca acortar esa distancia apalancando el 80% de los planes de negocio de las pymes beneficiarias. Por cada sol invertido, el retorno del programa es de S/7,5 en exportaciones o intenciones de compra, estiman en el Mincetur.
A puertas del cierre de su primera etapa (para la que se dispusieron S/25 millones), buscan impulsar una segunda, adelantan en el Mincetur, que la semana pasada lanzó asimismo la estrategia “Mipyme al mundo”, que facilitará la visibilización de la producción pyme a través del portal exporta.pe.
Y eso no es todo, el Gobierno acaba de implementar el Fondo Crecer de S/1.150 millones, con los que espera canalizar hasta S/6.900 millones para mipymes, a través de bancos y cajas. ¿Es suficiente?
DESDE ADENTRO
El reto es superior para las pymes exportadoras en la era digital. Y se debe partir por revisar el concepto mismo de digitalización, que suele reducirse al uso de redes sociales y páginas web, según Alexis Saavedra, CEO del Centro de Especialización Digital Mott. “Digitalizarse significa que tu negocio genere información y te permita tomar decisiones”, aclara.
El análisis de riesgo crediticio de clientes es uno de esos procesos, explica Aldo Saavedra, director comercial de Pymes de Equifax, que posee 6.000 clientes. “Las empresas que logran automatizar los procesos de admisión de otorgamiento de créditos crecen 30% en productividad”, dice.
Para el emprendedor e inversionista ángel Gary Urteaga, se trata de un reto de ‘actitud’, y resalta que los costos de arranque de una empresa en la web han bajado exponencialmente este siglo. “Sus ejecutivos deben incorporar a su visión empresarial un deseo de llegar más allá de los consumidores que tienen en su barrio, distrito, ciudad o país”, afirma.
En ese sentido, Ochoa es contundente. “La transformación viene por dentro”, sentencia.