Isabella Jugo Escate

Según la Universidad de Harvard, la música estimula los centros de recompensa del cerebro, activa sus circuitos sensoriales y motores. Por ello, el ballet se ha consolidado como una actividad con múltiples beneficios para el desarrollo de las personas, sobre todo de los más pequeños de la casa.

conversó con Alina Rodriguez, directora de L’ Atelier ballet Studio, quien nos compartió su propia visión de cómo este arte puede ser beneficioso para múltiples ámbitos en la vida de un niño. “El ballet desarrolla habilidades sociales Asimismo, motiva la sensibilidad y el aprecio por la cultura. Hoy en día, la sociedad necesita mucha gente empática, consciente y amable, valores que promovemos a través de este baile”, estableció.

¿Desde qué momento un niño puede empezar a practicar ballet?

De acuerdo con Alina Rodríguez, es fundamental que el niño ya se encuentre inscrito en un nido. De la misma manera, puede ser favorecedor que haya tomado clases de psicomotricidad o de aprestamiento, pues le facilitará prestar atención a las indicaciones de las maestras. “Trabajamos coordinación, motricidad, habilidades sociales, capacidad de movimiento e interacción”, añadió.

Es vital tener en cuenta que el ballet cuenta con niveles. Esto se debe a que se tiene que respetar la edad y la capacidad física del niño siempre bajo la supervisión de un instructor calificado. “Luego de evaluar su desenvolvimiento inicial, adaptamos la clase a las cualidades de cada pequeño”, aclaró la especialista.

Cabe resaltar que, por ejemplo, en el caso de A’telier Ballet Studio, los niños pueden iniciar a practicar esta danza desde los 2 años 8 meses. Por ende, esta sería la edad promedio para empezar.

El ballet se trabaja en niveles (Foto: A'telier Ballet Studio)
El ballet se trabaja en niveles (Foto: A'telier Ballet Studio)

El ballet como herramienta para el desarrollo de los más pequeños

En primer lugar, la directora de A’telier Ballet Studio enfatizó en que el ballet es una herramienta sumamente útil para impulsar las habilidades sociales. “Es normal que los niños lleguen con miedo, pues es un salón desconocido para ellos. No obstante, nuestro objetivo es que se sientan en un ambiente seguro para crear amistades y salir de la zona de timidez. Además, trabajamos mucho en equipo, lo cual ayuda a que el niño o niña se suelte con mayor rapidez”, comentó.

Por otro lado, también es común que algunos padres lleguen por recomendación del médico. “El ballet puede ser un apoyo para manejar condiciones las rodillas cerradas o la rotación inversa. En ese sentido, se trabaja elasticidad, trabajo de pie y rotación de rodillas. Es preciso hacer hincapié en que, para que esto se efectúe de manera adecuada, se necesita el apoyo de los padres dentro y fuera del estudio”, recalcó la experta.

En palabras de Rodriguez, el ballet también trabaja mucho los sentimientos. Aparte del baile, se aprende a través de la pintura o la lectura de cuentos como medio de expresión. “Buscamos fomentar la paciencia, la delicadez y, sobre todo, que el niño sea consciente de las acciones que está realizando, más no se sienta frustrado si resultan complicadas de efectuar”, agregó.

El ballet también es para los niños

Es un hecho que en el Perú, al igual que en múltiples partes del mundo, aún existe un tabú con respecto a que los varones practiquen ballet. Por más que esta idea se está erradicando poco a poco, se debe continuar educando la cultura del ballet en el país.

“En la academia, nos han llegado casos en los que al papá no le gusta que su hijo practique ballet. En ese momento, debemos transmitirle la idea de que todo lo que realicemos en clase se adaptará a su pequeño. Muchos tienen la idea de que para hacer danza tienen que estar disfrazados de princesas o mariposas, más no es así. Incluso, en la gran mayoría de casos, la estructura muscular de los niños les permite adaptarse con mayor velocidad”, afirmó la docente.

El ballet es beneficioso para todos (Foto: A'telier Ballet Studio)
El ballet es beneficioso para todos (Foto: A'telier Ballet Studio)

Por lo tanto, los padres, sin importar el sexo de sus hijos, están invitados a aprovechar los beneficios que este arte puede traerle a los más chicos. De esta manera, lograrán que su pequeño aprenda a través del juego, la disciplina y el fortalecimiento de su organismo.