Durante los nueve meses que, en promedio, dura un embarazo, la mujer experimenta una serie de cambios con los que muchas veces le suele ser complicado lidiar; sobre todo cuando su aspecto físico comienza a variar.
Integrar hábitos saludables durante la gestación resultará beneficioso para la madre, ya que le permitirá manejar mejor las molestias propias de la etapa. Por ejemplo, realizar una actividad física es una rutina que no debe pasar desapercibida, pues evita caer en el sedentarismo. Para ello, se puede apostar por la gimnasia preparto.
Tal como su nombre lo menciona, se enfoca en trabajar el control postural, el fortalecimiento muscular, la respiración y la relajación. Todo ello le brindará las herramientas necesarias para que el proceso de parto no se convierta en una experiencia traumática y para controlar el sobrepeso. La ejecución de los movimientos también favorece y estimula al bebé que está por nacer.
Ritmo adecuado
Las rutinas pueden variar según la condición física de cada gestante. Si antes del embarazo no realizaba actividad, entonces debe iniciar con pautas suaves que ayuden al proceso de adaptación. En el caso de las mujeres que sí practicaban ejercicios, el ritmo puede variar ligeramente.
No obstante, en ambos casos se debe trabajar a un nivel de intensidad moderado. Es decir, la actividad a realizar no puede causar dolor ni cansancio excesivo y mucho menos falta de aire.
El calentamiento se ejecuta mediante estiramientos suaves, y sí o sí tiene que realizarse. Por nada del mundo se inicia en frío ya que podría ocasionar lesiones. Si la gestante es propensa a lesionarse, una alternativa atractiva para ella es la gimnasia acuática.
Es necesario precisar que todos los procedimientos a realizar deben ser supervisados por un especialista y con el visto bueno del obstetra. Seguir el camino sola y guiada por canales alternativos podría afectar la salud de la madre y el bebé.
Cuándo iniciar
Si bien es cierto cada organismo es diferente y la fecha de inicio puede variar según las condiciones médicas, expertos señalan que lo prudente es empezar después de haber culminado el primer trimestre de gestación. Esto debido a que el desarrollo embrionario puede verse afectado por el aumento de temperatura.
Otros hábitos saludables
Se puede complementar la rutina con una alimentación balanceada y supervisada por un nutricionista. Además, con una constante hidratación y un descanso adecuado (que debe ser entre 8 a 10 horas de sueño).