En la cuadra 4 del Jr. Azángaro se ubica un inmueble que congrega la historia virreinal y republicana de nuestro país a partir de la religión y el patriotismo. Se trata del Panteón de los Próceres, donde yacen los restos de 24 personajes ilustres que desempeñaron un papel crucial en el proceso de emancipación del Perú del dominio español entre 1821 y 1824.
Precisamente, con motivo del centenario de la batalla de Ayacucho en 1924, el gobierno de Augusto B. Leguía determinó que el monumento sea la última morada de los gestores de la independencia. No obstante, el origen de este inmueble se remonta al siglo XVIII, cuando tenía un nombre y propósito muy distintos.
Asi quedará el Panteón de los Próceres luego de su restauración
Testimonio cívico y religioso del Perú
El 17 de enero de 1765, la Compañía de Jesús del Perú inauguró la antigua iglesia del noviciado de San Antonio Abad. Su diseño respetó las normas antisísmicas posteriores al devastador terremoto en Lima de 1746. “Por norma virreinal, los pisos altos debían construirse con materiales ligeros. Por eso, el segundo nivel de la iglesia fue construido con quincha y caña”, explica Juan Manuel Parra, subgerente de Prolima.
Sin embargo, en 1767, el rey Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas de España y todos sus dominios. En consecuencia, la corona tomó posesión del templo y resolvió que en él funcionara un centro de formación laica, denominado como Real Convictorio de San Carlos. La iglesia también fue dedicada a este santo.
“En el Real Convictorio de San Carlos, se propugnaron las ideas de la Ilustración. Estas influyeron en políticos e intelectuales que allí se formaron, quienes luego impulsaron la independencia del Perú”, declara Parra.
En 1924, la iglesia San Carlos fue adaptada por el arquitecto francés Claude Sahut para acoger los restos de los héroes de la independencia, con lo que pasó a denominarse Panteón de los Próceres.
Debido a su importancia histórica y arquitectónica, Prolima, el órgano de la Municipalidad de Lima (MML) a cargo de recuperar el valor cultural del centro histórico, inició en febrero la restauración integral de esta obra. El proyecto busca mejorar las condiciones de su fachada, así como la recuperación de sus principales componentes interiores.
Imagen restituida
Los trabajos abarcarán la recuperación de los frentes de la fachada del templo, con la conservación de sus elementos de piedra primigenios y la liberación minuciosa del cemento que cubre la estructura original. Esto último con miras a rescatar una serie de estratos de color identificados bajo el cemento. Asimismo, se restituirá la balaustrada que recorre el remate superior y se consolidarán los soportes y elementos ornamentales de las cubiertas y cúpulas.
En la década de 1970, el gobierno de Juan Velasco Alvarado decidió que la portada de la iglesia luzca esculturas de dos próceres para reivindicar su lucha por la emancipación del Perú: Túpac Amaru II y Micaela Bastidas. Además, en la hornacina central de la portada se aprecia una alegoría a la república, que sostiene el escudo peruano en su mano izquierda y una palma de laurel en la derecha.
En el interior del inmueble, se llevará a cabo una restauración integral del retablo mayor, obra del artista neerlandés Jorge Lanz, cuya policromía original fue cubierta por intervenciones del siglo XX. Los trabajos iniciales de Prolima han permitido descubrir algunos de los primeros colores sobre la madera de cedro que compone todo el altar: marrón, dorado, blanco y rojo marmoleado. Además, se conservarán las láminas de plata y oro del altar.
Cabe resaltar que, en la parte central del retablo, se encuentra la figura de la Virgen de la Merced, patrona de las Fuerzas Armadas del Perú. Así también, se observan esculturas de Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Antonio de Abad. Por otro lado, el equipo de Prolima descubrió esta semana pintura mural en el interior de la iglesia.
Por último, el proyecto también contempla un mantenimiento a la cripta del Panteón de los Próceres, una actualización de su museografía y la implementación de un sistema de iluminación tanto exterior como interior.
Culto a los héroes
“Aquí se encuentran quienes antecedieron la independencia del país con sus ideas y su participación en los combates anteriores a 1921, así como quienes lucharon por su consolidación en 1924 en la batalla de Ayacucho”, resalta Parra al describir la cripta de los próceres, en el sótano de la antigua iglesia de San Carlos.
Debajo de la cúpula del inmueble, se ubica el féretro del mariscal Ramón Castilla, quien integró la Legión Peruana en la citada batalla y fue presidente del Perú en dos ocasiones. “Los restos de Ramón Castilla se encontraban originalmente en el cementerio Presbítero Maestro. Fueron trasladados al Panteón de los Próceres en 1980”, relata Parra.
Otro de los héroes que reposan para siempre en este inmueble es Hipólito Unanue, uno de los médicos más ilustres de la historia peruana. “Unanue fundó la escuela de medicina de San Fernando, que actualmente es la facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos. También, fue el primer ministro de Hacienda, el equivalente al actual ministerio de Economía”, manifiesta Parra.
Asimismo, José Bernardo Alcedo, músico que creó la composición del Himno Nacional del Perú, y José de la Torre Ugarte, quien fue el autor de la letra, descansan en el Panteón de los Próceres.
El proyecto de restauración integral del inmueble estará terminado en el último trimestre de este 2024. Este trabajo permitirá que el público pueda visitarlo y apreciar su valor histórico y arquitectónico.
“La recuperación de este monumento resaltará su rol como el lugar donde reposan 24 próceres de la independencia. Además, permitirá que los ciudadanos conozcan y aprecien los antecedentes de su historia, es decir, como el noviciado jesuita y el Convictorio de San Carlos que fue”, destaca Parra.
Cabe destacar que el Panteón forma parte del Patrimonio Cultural de la Nación desde 1972, así como del Patrimonio de la Humanidad como bien integrante del Centro Histórico de Lima. “La restauración del Panteón de los Próceres es el regalo de Prolima al Perú en el bicentenario de la batalla de Ayacucho”, subraya Luis Martín Bogdanovich, gerente de Prolima.
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