En un recorrido por varias comisarías de Lima, El Comercio comprobó que las avenidas y calles frente a estas dependencias policiales se han convertido en cementerios de autos.
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En estos lugares se almacenan vehículos que han sufrido accidentes vehiculares, mototaxis incautadas por los municipios o patrullas de la Policía Nacional en mal estado y a la espera de ser reparados.
De acuerdo al artículo 21 del Decreto Supremo 022-2019-IN, “está totalmente prohibido el uso de las instalaciones policiales como depósitos vehiculares de cualquier clase, salvo aquellos con los que se realiza la función policial”.
Respecto a los vehículos incautados o siniestrados refiere tras culminadas las diligencias policiales, fiscales o judiciales, se debe comunicar al propietario para que retire el vehículo en las siguientes 48 horas.
Si el auto no es recogido debe ser trasladado a un Depósito de Internamiento Vehicular (DIV) de la Policía Nacional en máximo 72 horas. En este sitio, su estadía no podrá exceder los 30 días hábiles en el depósito, de lo contrario se inicia un procedimiento para declarar el bien en abandono.
Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, manifestó que las comisarías podrían buscar un acuerdo con las municipalidades para enviar los autos a un depósito. “El problema es que muchas veces las comunas recogen solo los vehículos que pueden ser retirados por los dueños, mientras que el resto se quedan en la calle”, afirmó.