Willy Jeisson Quispe tiene 24 años, vive en Villa María del Triunfo y estudia inglés. Cuando tenía 20 años comenzó a dedicarse al skate. Lo que comenzó como un pasatiempo se volvió su pasión. Desafortunadamente, el skatepark más cercano a su casa estaba como a 30 minutos de distancia. Él quería seguir practicando, mejorar sus habilidades, ya que llegó a ese deporte con una edad avanzada. Su solución: construir su propia rampa de skate.
Willy comenzó a insistirle a su papá, quien también se llama Willy Quispe. Este, que es maestro de obra, evaluó la idea para determinar si era factible o no. Al final decidió a apoyar a su hijo y construir la rampa detrás de su casa. No fue un trabajo sencillo. El primer paso fue retirar todos los escombros, piedras y restos de construcciones en el área de trabajo.
Al inicio calcularon que todo el proyecto tendría un costo equivalente a un solo sueldo, aproximadamente, pero terminó costando el triple. Del mismo modo, tardaron como tres meses en finalizar la rampa, y no las dos semanas que estimaban.
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