El 17 de enero del 2017 el Ministerio de Salud declaró en alerta sanitario al distrito de Villa María del Triunfo por las 4 mil toneladas de basura acumuladas en las calles (Foto: Jessica Vicente)
El 17 de enero del 2017 el Ministerio de Salud declaró en alerta sanitario al distrito de Villa María del Triunfo por las 4 mil toneladas de basura acumuladas en las calles (Foto: Jessica Vicente)

Desde hace más de un mes, el hedor ha invadido las principales vías de (VMT). El arresto del alcalde distrital desató una crisis municipal y la basura, como una metáfora perversa, comenzó a multiplicarse por las calles.

En la cuadra 13 de la avenida El Triunfo, una piñata del presidente Pedro Pablo Kuczynski, de esas que vendían por Año Nuevo, se sumerge en una montaña de cáscaras de frutas, huevos, latas y material quemado. También hay papel de nacimiento. Las moscas revolotean sin descanso. Detrás de la montaña cuelga un letrero de “Prohibido arrojar basura”.

“Esto es un foco de enfermedades. Está lleno de larvas. ¡Mire!”, señala un bodeguero mientras espanta a una veintena de moscas que han invadido su local. “Tengo 40 años en VMT y nunca había vivido algo como esto”, insiste.

Al frente, en el colegio Latinoamericano, unas profesoras cuentan que la institución y algunos vecinos se han visto forzados a contratar camiones para que recojan la basura. “Pero los vecinos del cerro bajan todas las mañanas en carro o moto para ir a sus trabajos y nos tiran más basura. Les hemos pedido que no lo hagan, pero nos insultan”, dicen.

La situación se repite frente a otros colegios, restaurantes, el antiguo local municipal y el hospital Guillermo Kaelin, de Essalud.

Los dueños de un restaurante, desesperados, han tenido que recoger ellos mismos la basura acumulada fuera de su local a lo largo de siete metros. “Hemos tenido que dejarla del otro de la avenida. No está bien, ¿pero qué hacemos?”, se preguntan. También han echado cal en la tierra y han cercado el área con unas cintas de “Peligro. No pasar” para evitar que vuelva la suciedad. Además, han sembrado cuatro chifleras.

—Gestión torpe—
VMT arrastra el problema de la gestión de la basura desde el 2015, cuando Carlos Palomino Arias era alcalde. En enero del 2017, fue vacado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) por nepotismo. Ángel Chilingano Villanueva lo sucedió. No hizo más que empeorar la situación. Su gestión no tramitó la compra ni el mantenimiento de los vehículos necesarios para el recojo de residuos sólidos (solo cuenta con seis camiones operativos), y dejó de pagar a la empresa administradora del botadero.

A fines del 2017, la fiscalía pidió la prisión preventiva de Chilingano por dirigir una banda delictiva. La comuna cayó en una nueva crisis y el botadero, ante la incertidumbre, se negó a seguir recibiendo la basura del distrito de no cumplirse el pago de S/2 millones (deuda por ocho meses impagos).

—Medidas—
Recién ayer se regularizó la situación del nuevo alcalde encargado de VMT, César Infanzón, a quien el JNE ha convocado para que recoja sus credenciales. Durante todo este tiempo, él no pudo firmar nuevos contratos para la gestión de la basura. Desde diciembre pasado, ha dependido de la ayuda de los municipios limítrofes, que le han prestado camiones recolectores.

Se calcula que en un momento llegó a haber cuatro mil toneladas de basura acumuladas en 79 puntos críticos. Las ratas, cucarachas, moscas y otras pestes se ‘relamían’ ante la situación.

Así las cosas, VMT se volvió una bomba de tiempo. El 17 de enero último, el Ministerio de Salud tuvo que declarar a VMT en alerta sanitaria, enviar fumigadores y echar cal en varias vías.

El Ministerio del Ambiente ha asumido la tarea de supervisar el recojo de la basura y ha llegado a un acuerdo con otro botadero.

La Municipalidad de Lima también se ha comprometido a brindar apoyo hasta este viernes. Entre hoy y mañana recogería 900 toneladas de basura.

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