“Es imposible ganarle al algoritmo, pero nosotros podemos llegar más profundo a través de la originalidad y la creatividad”

En la era digital, donde el acto de capturar la propia imagen se ha vuelto tan trivial como estirar la mano y hacer clic, el colectivo de artistas Fixed Project Lima se embarca en una travesía introspectiva. En su nueva exposición colectiva, “Selfie en el espejo: retrato contemporáneo”, once creadores convergen para explorar la autofotografía como un medio de expresión profundo y serio, alejándose de la banalidad que a menudo impregna las plataformas sociales como Facebook e Instagram.

“Lo que proponemos aquí es cómo los artistas visuales nos enfrentamos a los autorretratos, no con la rapidez de un selfie, sino con algo que demora más y que explora una mayor profundidad, pues hay un trabajo de autodescubrimiento y reflexión sobre uno mismo en el proceso de elaborar un autorretrato”, comenta el encargado de la exposición, Gonzalo García Callegari.

El arte de la autorreflexión se manifiesta a través de óleos, acrílicos, acuarelas, porcelanas, papeles de arroz y fotografías digitales. La exposición, que abre sus puertas el 2 de diciembre en la librería La Rebelde de Barranco, revela un universo donde el selfie no es simplemente un gesto narcisista, sino una exploración íntima de la complejidad humana en la era digital.

El colectivo Fixed Project Lima nació hace 5 años con la idea de juntar a varios artistas que querían exponer y visibilizar su trabajo en el Perú y en el extranjero. Además, buscaban crear un nuevo espacio donde los artistas pudieran presentar sus obras, considerando el decrecimiento de las galerías y lugares donde distintos artistas de diversas disciplinas pudieran mostrar al público sus trabajos.

“Todos estamos metidos en nuestros mundos, pero trabajar en colectivo nos hace salir de la rutina y pensar en temas más amplios, aunque también se ve la diversidad porque todos ponen lo suyo en cada obra que conforma esta exposición”, menciona García Callegari.

Entre algunos de los miembros que forman parte del colectivo se encuentran Juan José Barboza, Joan Jiménez (Entes), y María Pía Torrejón, junto con Sonia Cunliffe, Aaron López, Kevin de la O y otros más, quienes bajo esta nueva exposición encuentran una nueva manera de abordar problemas actuales mediante distintas técnicas artísticas.

Un ejemplo de las obras que se encuentran en la exposición es la de Kevin de la O, titulada “El impacto de tus palabras”, un acrílico que muestra a un hombre dormido mientras lee un libro. La imagen, con su gesto gélido y una bola azul en la nariz, evoca un clima inquietante y perturbador. Mientras tanto, el óleo sobre yute “Valentín” de Aaron López presenta a un enigmático personaje enmascarado emergiendo de un barril de petróleo, y Gonzalo García Callegari utiliza acuarela, lápiz y fotografía para construir un “Museo mental” habitado por una niña desangelada.

Otras propuestas que se encuentran en “Selfie en el espejo: retrato contemporáneo” son la obra sin título de Melissa Larrañaga, en óleo sobre tela, que muestra la figura de una dama arbolada sumida en la quietud de sus propios ramajes, exhalando paz y quietud. Mientras que Eli Bedón exhibe una dama al óleo en un insólito trance con sus prendas interiores, Paola Baertl recorta “En pedazos” cuatro piezas de porcelana que contienen el rostro fragmentado de una anciana en azul.

Por su parte, la multifacética artista Sonia Cunliffe sumerge al espectador en la esencia de una musa adolescente a través de su obra “Camille”. En una paleta de blanco y negro, la frescura de la juventud coquetea con la sombra de una sabiduría prematura. En este juego entre la luz y la oscuridad, se despliega un telón de fondo que encapsula una imagen atemporal, donde la tristeza y la belleza se entrelazan en un vals etéreo. La columna de humo que se eleva, probablemente una metáfora, sugiere el tiempo que se desvanece en espirales de eternidad.

“En la obra ‘Camille’ quise atrapar ese cambio de la niñez a la adolescencia, donde también la frescura de la juventud conversa con la sombra de una sabiduría que parece haberle llegado demasiado pronto. El uso del cigarro te perturba al no tener certeza de la verdadera edad de la niña/mujer que se nos presenta y el blanco y negro convierte a la obra en atemporal, donde la nostalgia y el inevitable paso del tiempo nos coloca a todos en un mismo escenario en el teatro que es la vida”, menciona Cunliffe.

En un mundo saturado de imágenes y donde la tecnología impulsa la inmediatez, “Selfie en el espejo: retrato contemporáneo” se erige como un gesto de empoderamiento. Constituye una afirmación existencial en medio de lo digitalmente efímero, demostrando que más allá del reflejo narcisista, la autofotografía puede convertirse en un lienzo donde se pinta la singularidad y la complejidad del ser humano. Este acto trasciende el egotismo y consolida un lugar en el mundo para el yo contemporáneo.

“Es interesante cómo la tecnología significa cosas diferentes para las distintas generaciones. Para algunos, son herramientas; para otros, son su mundo entero. Es fascinante observar cómo los artistas estamos viviendo estos tiempos. Aunque es imposible ganarle al algoritmo, nosotros podemos llegar más profundo a través de la originalidad y la creatividad”, menciona García Callegari.

Con la exposición, Fixed Project Lima desafía la fugacidad de las plataformas sociales y ofrece una visión más profunda y reflexiva de la autofotografía. En tiempos donde todo es rápido, la muestra sugiere que aún hay espacio para la pausa y la reflexión, demostrando que algunas expresiones artísticas pueden perdurar y provocar una reflexión más allá de la superficialidad de la era digital. En este acto colectivo, los artistas no buscan competir con el algoritmo, pero sí ofrecen un punto de vista original y diferente que penetra más hondo en la esencia de la experiencia humana.

“Hay muchos artistas que hacen copypaste porque usan fórmulas que funcionan, pero en Fixed Project Lima queremos llegar más allá, no contar asuntos personales de manera explícita, sino cómo estas cosas alimentan la obra de uno para conmover al espectador. No es solo ver que las cosas sean bonitas, sino que haya algo más allá de las ilustraciones”, concluye García Callegari.