King Kong aplasta, muerde, pisa, resopla, pelea, sangra… Y todo en dimensiones gigantescas como nunca antes se vio en pantalla grande. Porque el simio más famoso de las películas esta vez mide más de 30 metros, como se erige en “Kong: Isla Calavera”, filme que se estrenó el pasado jueves en nuestro país.
No quiero centrarme mucho en la producción, pues lo que me lleva a escribir este post son los cómics que se han lanzando con motivo de esta nueva epopeya en celuloide, pero sí me atrevería a destacar la espectacularidad de las escenas de acción, los magníficos efectos especiales, las sutiles cuotas de humor y los guiños de aventura, y por encima de todo, la magnificencia de Kong.
Puntos en contra, el poco desarrollo de los personajes, algunas apariciones multiétnicas que solo tienen sentido desde un punto de vista comercial (el mercado chino, el mercado latino…), un guion que por momentos hace predecibles determinados devenires de la trama, así como la repetición de momentos que ya parecen un deja vú dentro del propio filme.
No obstante, si se trata de gozar con el entretenimiento puro, vale comprar la entrada, cargar con una buena caja de pop corn y sumergirse de lleno en la trama.
Y ahora sí, al punto. El lanzamiento de la película estuvo anticipado por la publicación del cómic “Kong of Skull Island”, seis números que se difundieron de julio a diciembre del 2016 por Boom! Studios. Esta empresa adquirió los derechos de edición de los herederos de Merian C. Cooper, creador de la mítica historia del monstruo en la película de 1933.
La historia de este lanzamiento especial se centra en cómo integrantes de dos pueblos enemigos y en combate se ven forzados a unirse para sobrevivir en la Isla Calavera.
Pero eso no es todo. El pasado viernes la editora Legendary anunció el lanzamiento, a partir del próximo 5 de abril, de una serie de cuatro números que se llamará “Skull Island: The Birth of Kong”.
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