Gianfranco Vargas encontró el olivo que plantó el santo limeño y cuyo tronco mide 7,3 metros de perímetro.
Gianfranco Vargas encontró el olivo que plantó el santo limeño y cuyo tronco mide 7,3 metros de perímetro.
Catherine Contreras

En busca de los olivos patrimoniales de América del Sur, el experto oleícola Gianfranco Vargas Flores inició hace más de un año una investigación sobre los orígenes y expansión de esta planta por el Virreinato del Perú. Desde Lima hasta Azapa (norte de Chile) recorrió olivares y en esta búsqueda la historia de los árboles de aceituna que plantó San Martín de Porres llamó su atención.

Vargas se remite a los documentos de beatificación del santo, en los que el asistente del fraile (Juan Vázquez Parra) brinda su testimonio sobre un hecho milagroso: en el mes de agosto de 1637, Martín y Juancho se trasladaron a la hacienda de Limatambo (hoy El Olivar), donde plantaron 700 esquejes de olivo en 15 días. Sucedió que las ramas verdearon al tercer día, hecho mágico por lo que se le consideró taumaturgo.

Tras sus pesquisas, Vargas considera que tales esquejes provendrían de unos olivos madre que fueron plantados y luego talados en el Club Revólver, en el Rímac, donde este año se celebrará la feria Mistura. “Antes en esa zona del Convento de los Descalzos se ubicaba la huerta de Gonzalo Guillén, el primer agricultor español que vivió en Lima”, apunta el investigador de la Universidad San Martín de Porres, quien con la ayuda del Laboratorio de Dasometría de la Universidad Politécnica de Madrid ha logrado identificar y certificar el olivo centenario plantado por el santo limeño.

Gianfranco Vargas encontró el olivo que plantó el santo limeño y cuyo tronco mide 7,3 metros de perímetro.
Gianfranco Vargas encontró el olivo que plantó el santo limeño y cuyo tronco mide 7,3 metros de perímetro.

—Ciencia arbórea—
Sucede en las parras y en los olivos que el grosor del tronco revela su antigüedad. Tras medir más de 1.700 árboles de El Olivar de San Isidro, Vargas Flores se percató de uno cuyo perímetro troncal era de más de 7,3 metros. Su antigüedad era evidente. Tras realizar estimaciones métricas y otros cálculos de la masa arbórea del viejo olivo, el laboratorio español certificó en agosto pasado que el árbol en cuestión tiene una “edad estimada en 374 años, siendo su fecha de origen aproximado el año 1643 d.C.”, según indica el documento. Vargas y la ciencia concluyen, entonces, que este árbol sería uno de esos esquejes que plantó San Martín.

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