Un almuerzo con una excompañera de la universidad fue para Lucho Cáceres el inicio de un ciclo de aprendizaje constante que ya lleva 12 años. Sin querer, gracias a Ximena Ramírez, directora del Centro de Rehabilitación de Ciegos de Lima (Cercil), se topó con un mundo que hasta entonces desconocía. “Todos hemos visto alguna vez a estas personas en la calle, pero pocos hemos estado dentro de este universo de sonidos de bastones y personas con gafas. Me dio curiosidad y empecé a indagar”, recuerda. Allí descubrió, entre los numerosos comentarios de los alumnos que habían visto su trabajo en televisión y cine, que solo el 1% de personas nace ciega y que un gran porcentaje pierde la visión en el camino.

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