
El 29 de octubre se convirtió en una fecha clave para la astronomía mundial. El cometa interestelar 3I/ATLAS alcanzó un punto importante de su trayectoria mientras atraviesa nuestro sistema solar. Por su parte, los científicos esperan obtener datos que podrían redefinir lo que sabemos sobre el origen de los cuerpos celestes.
Ese día, durante su máximo acercamiento al Sol, el cometa 3I/ATLAS pudo ser observable desde varios telescopios de la Tierra y del espacio. De esa manera, los científicos podrán medir con mayor precisión los gases que libera, el color que está adoptando y, sobre todo, confirmar si los materiales que emite corresponden a procesos naturales o a algo nunca antes visto en el universo.
Este cometa no se originó en nuestro sistema solar. Viene desde el espacio profundo, por lo que podría contener elementos que se formaron alrededor de otra estrella o incluso en otra región de la galaxia.

Lo que más llama la atención es que está liberando níquel puro sin hierro, formando un compuesto llamado tetracarbonilo de níquel, que hasta ahora solo se conocía por procesos industriales creados por humanos.
Según los expertos, esta emisión de níquel estaría causando que el cometa cambie de color y comience a verse de un tono verdoso poco común. Lo extraordinario es que nada parecido se había observado antes en un cometa. Normalmente, el níquel y el hierro aparecen juntos en cantidades similares, pero en 3I/ATLAS el hierro es casi inexistente.
Otro fenómeno extraño es que, en lugar de formar una cola que se aleja del Sol, como ocurre con todos los cometas conocidos, 3I/ATLAS expulsó un chorro de gas directamente en dirección al Sol. Las observaciones indican que está liberando unos 150 kilos por segundo de dióxido de carbono, agua, cianuro y níquel puro.

Posteriormente, se dio a conocer que la “anti-cola” pasó a ser una cola convencional, algo muy inusual que llevó a algunos expertos a considerar la posibilidad de una “maniobra controlada” en la estructura del cometa.
El 29 de octubre también se esperan los datos captados por una cámara del Orbitador de Reconocimiento de Marte, que obtuvo imágenes del cometa a una distancia mucho menor de lo habitual.
El material podría revelar la superficie del objeto con gran detalle y ayudar a entender si su actividad es natural o si responde a un mecanismo que aún no conocemos.

Para muchos científicos, este evento podría responder una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿estamos observando un cometa común o estamos frente a una evidencia de procesos desconocidos que podrían incluso estar relacionados con inteligencia extraterrestre? Aunque aún no hay nada definitivo, muchos coinciden en que los datos del 29 de octubre serán decisivos.
El nombre 3I/ATLAS significa que es el tercer objeto interestelar detectado (3I) y que fue descubierto por el sistema de observación ATLAS.
Como su paso por nuestro vecindario cósmico es breve y no se repetirá nunca, los científicos consideran que esta puede ser la única oportunidad de estudiarlo a fondo y descubrir si su extraño comportamiento tiene una explicación natural o si nos obligará a reescribir lo que sabemos sobre el universo.
Las características inusuales del cometa 3I/ATLAS que desconciertan a los científicos
El cometa interestelar 3I/ATLAS presenta varias características que lo alejan del comportamiento habitual de los cometas conocidos de nuestro Sistema Solar.
Algunas de ellas son:
- Chorro de material inusual (Anticola): el cometa sorprendió a los expertos al mostrar un chorro de gas y material extendido dirigido hacia el Sol. Lo “normal” sería que este vaya en dirección opuesta.
- Composición química atípica: El material que expulsa contiene níquel puro, pero casi nada de hierro. Este desequilibrio elemental nunca se ha registrado en cometas naturales.
- Emisión de agua a baja distancia: Se detectó una gran liberación de vapor de agua a una distancia del Sol donde se esperaba que el hielo permaneciera sólido, lo que sugiere una especia de mecanismo de calentamiento interno o una composición superficial diferente.
- Origen y antigüedad extrema: Se cree que el 3I/ATLAS tiene hasta 10.000 millones de años, lo que lo convierte en el cometa más antiguo observado y sugiere que se formó en los orígenes de la Vía Láctea, en un entorno químico muy distinto al nuestro.
¿Por qué se dice que el 3I/ATLAS es una auténtica “máquina del tiempo”?
El objeto interestelar 3I/ATLAS es considerado una “cápsula del tiempo” debido a su inmensa edad y su origen. Los astrónomos estiman que puede tener hasta 10.000 millones de años, haciéndolo mucho más antiguo que nuestro propio Sistema Solar (de 4.600 millones de años).
El 3I/ATLAS no proviene de nuestro vecindario estelar, sino de una de las regiones más antiguas de la Vía Láctea, probablemente el disco grueso galáctico, que alberga las estrellas más longevas.
Al ser un cometa, el 3I/ATLAS está compuesto de hielo, polvo y gases que se han mantenido prácticamente inalterados desde el momento de su formación. Esto significa que lleva consigo material primordial de las etapas iniciales de la galaxia.
Al estudiar su composición, los científicos pueden obtener información directa sobre las condiciones físicas y químicas del universo hace miles de millones de años.
Trayectoria del cometa 3I/ATLAS
La trayectoria del cometa interestelar 3I/ATLAS es hiperbólica, lo que significa que solo está de paso por nuestro Sistema Solar antes de regresar al espacio interestelar. A continuación, las fechas y detalles clave de su trayectoria:
- Septiembre: Se acerca al Sol, desaparece de la vista por el resplandor solar.
- Octubre: Cruza la órbita de Marte (aproximadamente a 30 millones de km de distancia).
- 29 de octubre: Perihelio (punto más cercano al Sol) a aproximadamente 210 millones de km. No visible desde la Tierra (está detrás del Sol).
- Finales de noviembre: Reaparece en el cielo, en la constelación de Virgo. Visible antes del amanecer con telescopios potentes.
- Diciembre: Se mueve a la constelación de Leo.
- 19 de diciembre: Máximo acercamiento a la Tierra (aproximadamente a 270 millones de km). No hay peligro de impacto.
- Finales de diciembre: Se aleja rápidamente, abandona el Sistema Solar y vuelve al espacio interestelar.

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