Tres horas ante la TV mientras se asaltaba el Capitolio: ¿cuánto afectan las nuevas revelaciones a Trump?

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En el interior de uno de los comedores de la Casa Blanca, el republicano Donald Trump observa apacible la televisión mientras Fox News transmite los enfrentamientos que se comenzaban a registrar en el Capitolio.

Entre las 2:14 y las 2:24 de aquella tarde, agentes del Servicio Secreto se comunican entre ellos intentando encontrar una vía de escape para el entonces vicepresidente, Mike Pence, quien se encuentra atrincherado en su oficina dentro de la sede legislativa.

Y Donald Trump siguió sin hacer nada, pese a que le habría tomado un minuto caminar del comedor en el que estaba a la sala de prensa, encender las cámaras y dirigirse a la nación.

En vez de ello pasaron tres horas, en las que recibió súplicas de sus asesores políticos, legales y hasta de dos de sus hijos, para que el mandatario decidiera abandonar su encierro.

Finalmente, a las 4:17 p.m., Trump publicó un video en su cuenta de Twitter. “Tuvimos una elección que nos fue robada (...) pero deben irse a casa ahora, debemos tener paz (...) fue una elección fraudulenta, pero no podemos caer en el juego de esta gente (...) vayan a casa, los queremos, son muy especiales”, dijo en la grabación.

Estos impactantes momentos fueron revelados la noche del jueves 21, durante la octava audiencia pública del Comité de la Cámara Baja que investiga el asalto al Capitolio.

La audiencia, transmitida en ‘prime time’, tuvo como testigos principales a Matthew Pottinger, asesor adjunto de seguridad nacional durante el mandato de Trump, y la entonces viceportavoz de la Casa Blanca Sarah Matthews.

DECIDIÓ NO ACTUAR

Durante los 18 meses que dicho comité investigador lleva activo se han producido una serie de escandalosos destapes sobre la actitud del entonces mandatario antes del asalto, reuniones irregulares con personajes que terminaron involucrados y presuntas respuestas a quienes le advertían sobre las consecuencias de incentivar este tipo de actos.

En esta última sesión, sin embargo, los congresistas se dedicaron a analizar los 187 minutos que transcurrieron desde que Trump azuzó a sus seguidores reunidos en un mitin para que “luchen” por defender su victoria hasta la publicación del video en Twitter.

“Era la única persona en el mundo capaz de parar a la multitud. No pudo ser movilizado ni por sus asistentes ni por sus aliados. Ignoró las peticiones desesperadas de su propia familia, incluidos Ivanka y Donald Jr.”, resumió el presidente de la comisión, el demócrata Bennie Thompson.

Sin embargo, Trump no se quedó realmente en total silencio. A las 2:24 p.m., mientras el Servicio Secreto buscaba la forma de evacuar al vicepresidente Pence, Trump tuiteó: “Mike Pence no tuvo el coraje de hacer lo que debería haber hecho”.

El mandatario hacia alusión al pedido que le había hecho previamente a su vicepresidente de no reconocer la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre del 2020.

Según la declaración de Sarah Matthews, esto fue como tirar gasolina al incendio que ya se había desencadenado en el Capitolio.

Para el veterano de Infanteria de Marina Matthew Pottinger, ello fue lo que lo impulsó a renunciar a su cargo ese mismo día. “Ese fue el momento en que decidí que iba a renunciar, que ese sería mi último día en la Casa Blanca”, le dijo Pottinger al comité.

Horas más tarde, el asesor se convertiría en el funcionario de mayor rango en dimitir a su cargo en la Casa Blanca aquel día.

IMPACTO SOBRE TRUMP

Decidir que los testimonios de Pottinger y Matthews se recojan durante una audiencia pública responde a un cálculo detallado del comité. Transmitirlo durante el ‘prime time’ es, por supuesto, la cereza del pastel.

Para entender mejor esto hay que recordar que este comité de la Cámara Baja no tiene capacidad para procesar legalmente a Donald Trump.

Sin embargo, las pruebas que recojan pueden ser tomadas por el Departamento de Justicia, el órgano habilitado para iniciar un proceso contra el exmandatario si considera que hay sustento suficiente.

Ante esta incapacidad procesal, el comité ha encontrado su mejor arma contra Trump al afectar su mayor activo: su imagen pública.

En enero del 2016, cuando aún era precandidato del Partido Republicano, Trump presumía que “podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a gente y no perdería votantes”.

Sus intenciones de postular a la reelección en el 2024 tras las escandalosas revelaciones del asalto al Capitolio parecen darle crédito a sus palabras.

¿Es realmente la popularidad de Trump inquebrantable?

“El refuerzo continuo sobre los eventos del 6 de enero y sobre la conducta del presidente aquel día buscan convertirse en un recordatorio de la mochila que lleva como candidato y que podría volver a llevar. Creo que Trump sigue siendo el líder de facto del Partido Republicano, pero no es invulnerable”, comenta a El Comercio el profesor en Ciencias Políticas de la Universidad Georgia Southern Joshua Kennedy.

Kennedy resalta el surgimiento en las encuestas del actual gobernador de Florida, el también polémico Ron DeSantis, como un posible sustituto al que podrían pasar los votos de Trump.

“Algunas encuestas, incluso si muestran a Trump a la cabeza, revelan que existe un apoyo significativo dentro del Partido Republicano para otra persona. Trump podría ganar la nominación y llenar escenarios de gente, pero el trabajo del comité recordando continuamente los eventos del 6 de enero y el papel del entonces presidente no lo ayudan en nada”, comenta el doctor en Ciencias Políticas.

El comité cierra esta ronda de audiencias públicas sobre el asalto al Capitolio con una gran interrogante en la mente de los estadounidenses: ¿El Departamento de Justicia finalmente decidirá procesar a Trump?

“Es posible, pero si tuviera que apostar lo haría en contra de los cargos formales, simplemente porque las implicaciones políticas de acusar a un exgobernante son considerables (para el otro bando, en este caso el demócrata)”, comenta Kennedy. “En mi opinión, también sería extremadamente difícil probar un caso en su contra, aunque los cargos son teóricamente factibles. Creo que el comité está más interesado en mantener el nombre de Trump en la mente de los votantes y seguir afectando negativamente su imagen pública. Creo que en ese sentido han tenido un éxito mixto”.