Las milicias palestinas que respaldaban al régimen de Bashar al Assad y controlaban el campamento de refugiados palestinos de Yarmouk, a las afueras de Damasco, se disolvieron en la práctica y entregaron sus armas a los responsables del Organismo de Liberación del Levante (HTS) que derrocaron al Gobierno.
Así lo informaron a EFE vecinos del campamento, uno de los campos de batalla más cruentos de la guerra civil siria que comenzó en 2011 en el que se vieron envueltas también las milicias de los refugiados palestinos.
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Entre ellas estaba el denominado Frente Popular para la Liberación de Palestina-Cuartel General, un grupo minoritario conocido popularmente como ‘Cuartel General’ (CG) que se alió con Al Assad y que terminó siendo el encargado de controlar la zona bajo el régimen.
Bajo estricta condición de anominato varios residentes palestinos en el campamento, un enorme complejo de casas destruidas por años de conflicto y en el que apenas residen ahora unas 6.000 personas frente a las 120.000 que había en 2011, indicaron a EFE que los miembros del grupo depusieron sus armas y se las entregaron a los combatientes islamistas de HTS en cuanto llegaron a Damasco y desaparecieron de la escena.
Desde entonces, no hay puestos de control ni patrullas ni ningún elemento de la antigua seguridad del régimen en el campamento, según pudo comprobar EFE.
El denominado ‘Cuartel General’ participó en la guerra civil en el lado de Al Assad desde 2011 y ayudó a reprimir protestas entre los palestinos del Yarmouk.
A partir de 2012 colaboró activamente con el Ejército sirio en la lucha contra los rebeldes que operaban en el entorno del campo, incluso cuando éste sitió y bombardeó el barrio, que ocupa unas 211 hectáreas al sureste de Damasco.
Tras la toma final de Yarmouk por parte de Al Assad, el CG asumió el control interno del campamento.
Este domingo, el portavoz del nuevo Gobierno de transición sirio, Obaida Arnaout, afirmó que solo las fuerzas de seguridad podrán ir armadas y no los civiles, una medida que se aplicará dependiendo de la “rapidez” para poder afianzar el control del país tras la caída de Bashar al Assad hace poco más de una semana.
“En el Estado del futuro, no hay lugar para llevar las armas fuera del Ministerio de Defensa o las instituciones de Seguridad y policiales”, dijo en una entrevista a la cadena saudí Al Hadath.
Indicó que “las demás facciones”, en relación a las milicias locales opositoras al Gobierno de Al Assad, “deberán integrarse al Ministerio de Defensa”.
“Esta es una de las garantías para que no haya ningún caso de venganza”, afirmó Arnaout, una de las grandes preocupaciones de esta nueva Siria por los efectivos del antiguo régimen de Al Assad o sus aliados que siguen en el país.
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