¿Prohibición o regulación?

Marilú Martens

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Discutible censura a celulares en colegios

León Trahtemberg

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León Trahtemberg

El reciente proyecto de ley que propone prohibir el uso de celulares en los colegios del Perú ha reavivado un debate mandatorio: ¿es la prohibición la solución o debemos apostar por una regulación equilibrada?

Quienes defienden la prohibición argumentan que los celulares son una fuente constante de distracción. Estudios señalan que los estudiantes pueden tardar hasta 20 minutos en recuperar la concentración tras una interrupción digital. Además, el Informe Global de Monitoreo de la Educación de la Unesco indica que 79 sistemas educativos han implementado prohibiciones totales o parciales para reducir estos efectos negativos. Sin embargo, prohibir el uso de celulares en los colegios podría ser una solución simplista que no atiende a la realidad tecnológica actual ni a sus múltiples beneficios. Además del enorme potencial, como herramienta pedagógica, en el ámbito educativo, los celulares cumplen un rol esencial en la comunicación y la seguridad. Son fundamentales para que padres e hijos puedan contactarse en emergencias y también coordinar acciones rápidas en situaciones de riesgo.

Un ejemplo ilustrativo es el de Finlandia, país miembro de la OCDE, que ha apostado por integrar dispositivos móviles en el aula de manera controlada y pedagógica. En Finlandia, los celulares se utilizan para acceder a recursos digitales, fomentar el aprendizaje colaborativo y desarrollar habilidades tecnológicas, demostrando que la tecnología puede potenciar tanto el proceso educativo como la seguridad y la conectividad en situaciones críticas.

Regular el uso de los celulares en clase, estableciendo normas claras y capacitando a los docentes en estrategias pedagógicas que integren la tecnología, permitirá aprovechar sus beneficios sin descuidar la concentración y el bienestar de los estudiantes. Más que prohibir, debemos formar ciudadanos digitales responsables, capaces de discernir y actuar éticamente en el entorno tecnológico.

La educación no puede dar la espalda a la era digital. Debemos promover valores como el respeto, la responsabilidad y el pensamiento crítico en el uso de la tecnología. La solución no está en apagar los celulares, sino en encender la conciencia de cómo usarlos correctamente, fortaleciendo así los valores ciudadanos digitales para un futuro más seguro e integrado.

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