Y se fue el 2024. Además de los mejores deseos para que los planes que se proponga alcanzar este año se concreten, también debería ser un ritual habitual revisar lo que se pudo alcanzar y lo que no. Hágalo usted.
Desde aquí resumiré algunas de las tendencias que se formularon para el año que pasó: ¿fue el 2024 el año en el que se volvió usted más tecnológico? Digamos que, si se le pregunta por ChatGPT, seguro que usted asociará esa herramienta con la inteligencia artificial (IA). Y es muy probable que su consumo de videos y noticias generados desde YouTube, TikTok o Instagram vía WhatsApp haya aumentado en los meses pasados. Eso cuenta respecto de ser más tecnológico.
Además, aquí también se dio cuenta de la demanda creciente de posiciones relacionadas con la tecnología que se consolidaron el año que pasó, según datos del Ceplan. Al respecto, habría que precisar que la demanda, en efecto, crece y que, más aún, se está desplazando hacia el desarrollo de habilidades que permitan un mejor uso de las herramientas de inteligencia artificial generativa, como los softwares conversacionales, entre otros. De hecho, actualmente, ya no hay ningún sector en el que no sea evidente la utilidad de la IA, habiendo áreas que lo están haciendo de manera vertiginosa como los medios de comunicación, prensa, publicidad y la educación.
¿Y qué se puede decir respecto del 2025? Considerando que este es un año preelectoral, el uso de la digitalización definitivamente tendría que ser un aliado para disminuir los niveles de desinformación y mejorar la idoneidad de quienes se vayan a escoger para los cientos de cargos públicos que se elegirán en el 2026. Pero, sobre todo, debería ser un año de preparación para mejorar el ejercicio de nuestra ciudadanía digital.
Porque, si bien es cierto que existe la percepción sobre avances en la digitalización de servicios públicos y el gobierno electrónico en general, la realidad es que en el uso de esos servicios y, más aún, en el ejercicio de nuestra ciudadanía digital, andamos muy mal.
A decir del último reporte de cumplimiento de la agenda digital al bicentenario, emitida por la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital, de las ocho habilidades que se supone definen a un ciudadano digital, solo se ejercitan dos (informarse y entretenerse), y de manera muy concentrada en determinados segmentos de la población.
Por ello, para que de verdad la tecnología nos ayude a elegir bien en el 2026, necesitamos mejorar ya mismo el ejercicio de la ciudadanía digital, al menos respecto de cómo y de dónde se genera la información que consumimos. Esa habilidad para informarnos debería ser, además, lo más inclusiva posible, considerando el mayor número posible de ciudadanos. Bienvenido, 2025, año en el que debemos mejorar nuestra ciudadanía digital.