
Antes de que acabe abril, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) deberá publicar su Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas (IAPM), el extenso documento en el que el MEF debe ajustar las proyecciones que publicó en agosto del año pasado en su Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2025-2028.
Esta va a ser una oportunidad singular para que el ministro de Economía, José Salardi, demuestre que el MEF ha dejado de dedicarse a la ficción y que, a partir de ahora, la verosimilitud volverá a regir en sus estimaciones sobre qué va a suceder con la economía peruana.
Este cambio es necesario debido a que sus antecesores en el MEF convirtieron al MMM y al IAPM en meros registros de sus fantasías, destruyendo su capacidad de funcionar como dos brújulas calibradas para guiar, no solo las acciones de los agentes económicos, sino las decisiones del MEF respecto al gasto público y al manejo de la política económica.
Es triste recordar, por ejemplo, el MMM de agosto del 2023, que aún insistía en que el PBI peruano iba a crecer un 1,1% ese año, cuando los datos apuntaban, inevitablemente, hacia la contracción del PBI que finalmente se registró, pero que el exministro Alex Contreras se negaba a aceptar.
Ese infundado optimismo llevó al MEF a aprobar gastos durante el 2023 y el 2024 que no tenían ninguna correspondencia con los ingresos tributarios que se podían esperar, iniciando una cadena de infortunios fiscales que no logramos romper hasta ahora.
En medio de la incertidumbre sobre cuán dañina para la economía global será la guerra comercial que se ha desatado entre Estados Unidos y China, nuestros dos principales socios comerciales, es más necesario que nunca que las proyecciones del IAPM 2025-2028 sean hiladas con la mayor precisión posible y que demuestren que el MEF está a la altura de las circunstancias.
Recordemos que, en febrero, el ministro Salardi anunció que el MEF estaba elevando su proyección de crecimiento de la economía peruana de un 3,1% a un 4%. ¿Reconocerá el IAPM que esa meta es aún más difícil de alcanzar en un contexto en el que no se puede descartar una recesión mundial?
Otra pregunta que deberá responder el IAPM es qué pasará con el déficit fiscal, la diferencia entre los ingresos y los gastos del Estado Peruano, que lleva dos años cerrando por encima del tope que establecen las reglas fiscales. ¿Insistirá el MEF en que el déficit cerrará el año por debajo del 2,2% o anunciará una nueva modificación de la regla? Lo descubriremos pronto.

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