Editorial El Comercio

Más allá de las visitas de dignatarios y de los acuerdos comerciales a los que se pueda llegar con economías bastante más avanzadas que la nuestra, es también una oportunidad para escuchar lo que muchas de las voces más conocedoras de la situación económica del Perú, de la región y del mundo tienen que decir.

El jueves, durante su intervención en –la reunión de empresarios de las 21 economías que conforman el bloque–, Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva (BCR), resaltó que el Perú ha experimentado un crecimiento económico superior al promedio de las economías APEC manteniendo una inflación controlada debido a que la sociedad peruana “aprendió que no se puede continuar con políticas fiscales y monetarias irresponsables”. Esta lección, que los peruanos aprendimos a las malas tras la debacle económica de los años 80 del siglo pasado, no se pondera con justicia en nuestro país, donde no faltan quienes postulan un regreso a muchas de las medidas que nos llevaron al abismo. Velarde también resaltó el capítulo económico de nuestra Constitución Política –esa que muchos quieren cambiar– debido a las garantías que otorga a la inversión y a la propiedad.

Otro mensaje importante fue el del presidente vietnamita, Luong Cuong, quien incidió en que “el desarrollo y la prosperidad dependen de un comercio integrado y la promoción de las conexiones entre las personas y el beneficio para ellas” y que, en esa línea, “el proteccionismo y las guerras solamente dejan pobreza”. Justamente, el peligro del proteccionismo –especialmente tras la reciente elección de Donald Trump en Estados Unidos– sobrevoló varias de las intervenciones, como la del líder chino, Xi Jinping, cuyo discurso –leído por su ministro de Comercio, Wang Wentao– resaltó que “obstruir la cooperación económica bajo pretextos de todo tipo […] es dar marcha atrás en la historia”.

Pero no fue la única preocupación. Los retos que plantea la tecnología y en particular la inteligencia artificial (IA) también fueron comentados por varios de los ponentes, como el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, quien sostuvo que “los beneficios de la IA deben ser compartidos por todos”, pues serán cruciales para mantener la competitividad en un entorno global cada vez más complejo. Hubo también participaciones que destacaron el rol de los empresarios en el desarrollo de los países, la necesidad de incluir a los ciudadanos más desplazados en el crecimiento y muchos otros temas.

No se trata, como se ve, de cuestiones que solo conciernen a políticos y empresarios. Muchas de las discusiones de APEC contienen enseñanzas para todos los ciudadanos y mal haríamos en no escucharlas.

Editorial de El Comercio

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