Desde Casuarinas con amor, por Sostiene Menéndez

Alejandro Toledo visitó Lima para presentar su libro, poniendo fin a las intrigas y denuncias de los últimos meses (“el dinero es de mi suegra víctima del Holocausto”, “fue en realidad un préstamo de Maiman”, etc.). Valiéndose de un título algo más sobrio que los que normalmente acostumbran nuestros ex presidentes (recuérdense “Confucio y la globalización” o “Pido la palabra”), “Crecer para incluir 2001-2006. Cinco años en los que se sembró el futuro” marca la decisión de Alejandro de finalmente hacerle competencia a nuestro otro experto de la no ficción poco creíble: Alan García. (Lo que sí podemos ir adelantando es que al menos ha logrado igualarlo en ambición, pues no habíamos visto tanta dosis de esta desde aquel libro que publicara nuestro dos veces presidente en los noventa: “La defensa de Alan García”.)

Con esto en mente, no puedo más que alegrarme de que Toledo –sin reprimenda visible en el futuro cercano por parte del Congreso o del Poder Judicial– haya anunciado que vendrá en menos de dos meses a vivir al Perú e iniciará una gira nacional para fortalecer su partido (tan necesitado). La noticia solo mejora, pues el presidente, para seguir la tradición criolla, también ha decidido negar su candidatura un tiempo antes de postular a la reelección: “Faltan dos años, todavía no sé [...]. No por tanto madrugar se despierta uno tan temprano”. Una chacana dorada ilumina el Perú entero desde lo alto de Las Casuarinas.