A pesar del gran cambio sufrido por la vivienda ciudadana moderna y su edificación, sobrevive entre nosotros la expresión puerta de calle que en principio se refería a la ‘puerta principal para la entrada y salida para dueños de casa y visitas’. Otra puerta es la falsa, usada por el personal de servicio, los niños de la casa, etc. Véase este ejemplo de Vargas Llosa: “La puerta de calle estaba abierta, afuera comenzaba a oscurecer...” (Conversación en La Catedral, Barcelona 1996, p. 48).