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Cuatro montañistas muertos en nevados de Áncash: el cambio climático y otros posibles factores de riesgo
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En menos de una semana, se conoció la muerte de cuatro montañistas (tres de ellos de nacionalidad extranjera) tras ascender y luego quedar atrapados en nevados de la región Áncash. Tomando en cuenta que son dos tragedias ocurridas casi al mismo tiempo, se abre una serie de interrogantes vinculadas al estado de las rutas a los glaciares de esa parte del país, la influencia del calentamiento global y las medidas que se toman en cuanto a garantizar un estado de salud óptimo de quienes deciden estas montañas.
Casos a detalle
Las turistas japonesas Saki Terada, de 36 años, y Chiaki Inada, de 40 años, fueron localizadas luego de haber sido reportadas como desaparecidas durante una expedición en el nevado Huascarán. El presidente de la Asociación de Guías de Montaña del Perú, Beto Pinto, informó que ambas fueron halladas gracias a la geolocalización de un dispositivo de mensajería, que permitió ubicar su posición a 6.600 metros sobre el nivel del mar.
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No obstante, una de las montañistas falleció debido a las complicaciones de salud que presentó al momento de descender del nevado. Pinto precisó que ambas no realizaron una buena aclimatación. “Ellas son escaladoras profesionales. El nivel técnico lo tienen, pero acá les faltó el tema de la altura. No hicieron una buena aclimatación. Ellas han escalado una ruta muy difícil en el Huascarán, que es la parte del escudo. Esta es una pared de 600 metros”, explicó a RPP Noticias.
La hora del descenso coincidió con la formación de una densa neblina que suele presentarse al mediodía, fenómeno que las desorientó y les impidió continuar con el itinerario previsto. Es así que no pudieron retornar al campo base. En medio de esta situación, una de las montañistas presentó síntomas de mal de altura y ceguera, mientras que la otra sufrió hipotermia.

Debido al clima y su estado de salud, ambas optaron por pasar la noche a más de 6.500 metros sobre el nivel del mar. Asimismo, mediante un dispositivo de mensajería geolocalizada, pudieron pedir ayuda a una agencia norteamericana que a su vez alertó a los rescatistas en Perú.
El otro caso corresponde a tres montañistas desaparecidos el 29 de mayo en el nevado Artesonraju: los peruanos Homer Pretel Alonzo y Jesús Picón Huerta, y el brasileño Edson Bandeira Costa.
Tras conocerse el hecho, una brigada de la Policía de Alta Montaña y guías especializados iniciaron el ascenso al glaciar para recuperar los cuerpos de los tres escaladores. Se presume que murieron por una avalancha.

Ellos fueron hallados el último domingo, en una zona de difícil acceso a más de 5.200 metros sobre el nivel del mar gracias al uso de drones. La búsqueda ya se había suspendido en más de una oportunidad debido a avalanchas y mal clima.
Los cuerpos fueron llevados en helicóptero hasta la base policial ubicada en el distrito de Caraz, en la provincia de Huaylas, hasta donde llegaron los familiares.
Rutas y cambio climático
Sobrevivir en la cumbre de un nevado peruano no es solo una cuestión de resistencia, sino también de tiempo. Fabian Drenkhan, especialista en glaciares y docente de la PUCP, explicó a El Comercio que en ambientes tan fríos y extremos como los de las altas cumbres andinas, donde el oxígeno escasea, el cuerpo humano está expuesto a condiciones críticas como la hipotermia o los edemas pulmonares. En ese escenario, advirtió que el tiempo es un factor determinante: si una persona permanece mucho tiempo en altitudes por encima de los 6.000 metros, aunque al principio no presente daños visibles, su cuerpo inevitablemente comenzará a colapsar por efecto del frío, la altura o la falta de oxígeno.
“Algo que está sucediendo ahora es que hay un poco más de eventos tales como avalanchas o presencia de grietas. Si las personas no logran salir a tiempo de un punto donde ha caído una avalancha, aumenta obviamente la posibilidad de que mueran por las condiciones extremas“, explicó.
Los glaciares no solo se derriten: también se transforman en paisajes más inestables y peligrosos. En ese sentido, Fabian Drenkhan precisó que desde hace décadas se viene observando en todo el mundo —y también en el Perú— un fuerte retroceso glaciar. Este fenómeno, explicó, está directamente relacionado con el calentamiento global y las crecientes emisiones de CO₂. “Esto origina que los glaciares poco a poco vean reducida su geometría. Y al cambiar la geometría, algunas partes de los nevados lucen más empinadas e inestables. A su vez, esto genera algunos de estos problemas mencionados”, sostuvo.
El deshielo no solo afecta al hielo: también está soltando las montañas piedra por piedra. El experto señaló que, debido al derretimiento del permafrost —la capa congelada de suelo, rocas o sedimentos—, muchas paredes rocosas alrededor de los glaciares se han vuelto menos estables. El permafrost cumple la función de mantener unidas las rocas, pero al descongelarse, estas quedan sueltas y con mayor probabilidad de desprenderse en cualquier momento.
“Los accidentes o eventos que pueden pasar, aparte de las avalanchas y desprendimiento de bloques de hielo, son también caídas de rocas. Es más, todos estos eventos a veces se suscitan un tras otros, los que origina que se desprenda una mayor cantidad de materiales. Todo esto hay que tomar en cuenta cuando uno se aventura a los nevados“, comentó.
Por otro lado, Drenkhan precisó que la mayor parte de los glaciares del Perú se concentran en Áncash, o sea, en la Cordillera Blanca. Sin embargo, una gran parte también se halla en Vilcanota, Cusco. En esta zona también hay varios glaciares famosos y se practica la escalada o el montañismo. “Pero sin duda, la Cordillera Blanca es el primer destino turístico en el Perú para montañismo y glaciares”, resaltó.
“En resumen, son diferentes componentes los que generan peligro en los nevados. En los últimos casos, aun no puedo determinar que estos factores climáticos, producto del calentamiento global, hayan sido los causantes de la desaparición y posterior muertes de los montañistas. Pero sí puedo decir que estos factores están aumentando, pues cada vez los glaciares se vuelven más inestables. Por eso, si te vas a una zona así, tienes que estar consciente de dónde estás. No son ambientes para jugar, hay que muy bien capacitado y con guía“, añadió.
Estado de salud y acompañamiento
Pinto destacó la importancia de contar con equipos de comunicación adecuados durante actividades de alta montaña y recomendó a futuros visitantes informarse sobre las condiciones del lugar, así como contratar guías profesionales. Esto debido a que las turistas japonesas, por ejemplo, no contrataron a un profesional de la ciudad para escalar.
“Es una ruta muy competitiva que te pide mucho esfuerzo físico y técnico. Por su grado de preparación, era un reto personal. Seguro que querían hacer esta ruta, y bueno, con el tiempo y todo se les complicó el retorno”, expresó.
¿Cómo acreditar la experiencia de los montañistas?
Pinto destacó que el Perú posee la mayor cantidad de glaciares tropicales del mundo y cuenta con un territorio ideal para el turismo de aventura. No obstante, advirtió que existen riesgos al practicar montañismo en condiciones extremas y en esa línea subrayó la necesidad de mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias.
Sostuvo que la principal limitación que enfrenta el país no es la preparación de sus montañistas, sino la falta de recursos logísticos para atender incidentes en zonas de difícil acceso. “El Perú sufre en la capacidad de respuesta ante estos eventos, así sea mínimo. Se necesita helicópteros especializados”, sostuvo.










