Fueron bautizados como Richard, Karina, Alicia, Gringasha, y el macho Alex. Son monos capuchinos blancos y fueron rescatados de la crianza como mascotas y del tráfico ilegal de fauna silvestre. Durante meses fueron alimentados, curados y preparados para volver a su hábitat natural, pero recién el pasado fin de semana fueron liberados en el bosque de la concesión forestal Maderacre, ubicado en la localidad de Iñapari, provincia de Tahuamanu, en la región de .

Magaly Salinas es la responsable del Centro de Rescate Amazon Shelter, y su equipo de técnicos médicos veterinarios, y el personal de la Gerencia forestal y fauna silvestre, parten muy temprano desde el centro de rescate en la ciudad de Puerto Maldonado. Son tres horas de ruta por la vía interoceánica, hasta la ciudad de Iñapari, y luego otras tres horas de ruta por una trocha carrozable, hasta el centro de la Concesión forestal Maderacre, en la provincia de Tahuamanu. Dentro de varias jaulas viajan cómodamente, cinco monos capuchinos blancos, 2 capibaras, y tres crías de tortugas, para su liberación y regreso a su hábitat natural.

De vuelta a la vida silvestre

Aquí, en el corazón de la amazonia, cruzando el rio Tahumanu, a 6 horas de viaje desde la ciudad de Puerto Maldonado, un área boscosa de árboles gigantes y abundante vida silvestre es el lugar elegido por Magaly. El personal técnico abre las puertas de cada una de las jaulas con dirección al bosque. Ellos saltan alegres desde sus jaulas y buscan las ramas y las sogas de los árboles, disfrutando de su liberación. Giran y vuelven y saltan de rama en rama. Magaly contempla llena de felicidad el espectáculo de la vida silvestre y los despide por última vez.

En las playas del rio Tahuamanu, los dos capibaras salen lentamente de sus jaulas y caminan por las riberas del rio, hacia donde abundan pastizales y árboles que son sus alimentos. En este lugar Magaly y su personal técnico ha corroborado la presencia de capibaras, con los que seguro se encontrarán y harán familia. Los dos capibaras adultos, tienen 16 y 18 kilos, hembra y macho, “harán pareja” dice Magaly.

También fueron liberadas tres crías de tortugas, una tortuga de tierra, una taricaya o charapa de rio, y una tortuga escorpión. La tortuga escorpión es una especie que habita en las cochas y humedales de la amazonia. Se llama escorpión porque los machos tienen una especie de espuela en sus colas, y tienen un caparazón especial que puede cerrarse como una tapa de olla sin dejar ninguna abertura, para protegerse de los depredadores.

En total son 10 especímenes de fauna silvestres, rescatadas de la de cría como mascotas, y del tráfico ilegal. Ellos ya han pasado “la evaluación médica veterinaria, están sanos y robustos para su liberación. Han pasado evaluaciones de enfermedades, parasitarias, y de sangre” dice Magaly Salinas. Las diez especies pasan meses de preparación para volver a su habitad natural.

Historias de rescates

Richard, es una cría de mono machín blanco, su madre fue asesinada para capturar a la cría. Una familia en la ciudad de Puerto Maldonado lo tenía como mascota para sus hijos y fue rescatada por el personal de la Gerencia forestal y trasladado al Centro de rescate Amazon Shelter. Aquí en el centro, Richard encontró una madre adoptiva y una familia. El grupo de capuchinos blancos rescatados igual que Richard, se acostumbraron a los cuidados de Magaly, aunque este sea solo el tránsito para regresar a su hábitat.

Las dos capibaras o ronsocos tienen una historia distinta. A uno de los capibaras, un joven la criaba como mascota, junto a varios conejos, pero mientras el capibara crecía, empezó a morder las patas de las mesas y de los muebles, como si fueran troncos de árboles, destruyendo los muebles de la casa. Hasta que el joven que lo criaba se dio cuenta que no estaba bien tenerlo en casa como mascota y la trajo al centro de rescate. El otro capibara fue rescatado de una vivienda por la Gerencia forestal, tras la denuncia por una llamada anónima.

En tanto, las crías de tortugas de aproximadamente dos meses, fueron recogidas del bosque de distintos lugares, y estaban siendo trasladadas para el comercio ilegal de fauna silvestre, cuando el personal de la gerencia forestal los rescató en un operativo.

Maderacre, el santuario de vida silvestre

El lugar de la liberación es la concesión forestal Maderacre, un espacio forestal donde se extrae madera, pero también es el área boscosa con más de 25 especies de mamíferos, 75 especies de aves, 10 especies de reptiles, 25 especies de anfibios, según una última evaluación de fauna silvestre realizadas por las autoridades científicas. Es un área protegida, libre de los cazadores ilegales, un santuario con la mayor abundancia de vida silvestre. “Una garantía para la liberación” según Magaly.

En lo que va del año ya se han liberado 12 capuchinos marrones, para el mes de julio se liberan 11 aves (loros) y para setiembre se tiene programado la liberación de 6 monos aulladores.

Magaly y su equipo volverán meses después, para evaluar a y corroborar que las especies liberadas se han adaptado al bosque y que la liberación fue exitosa.

No todos llegan a ser liberados

Durante el 2023, la subgerencia de fauna silvestre ha recibido cerca de 490 llamadas, y ha rescatado cerca de 500 animales, y en lo que va del año, 90 animales ya han sido recuperados, del uso de mascotas, del consumo, o del tráfico ilegal de animales silvestres en la región.

Muchos de los animales no llegan a sobrevivir como mascotas debido a las condiciones en las que se encuentran. No pueden desarrollar su vida como animales silvestres, por la mala alimentación que se les dan, distinta a su comida natural del bosque, y el maltrato que reciben, como caso del coto “Ángel” un mono aullador.

El mono fue rescatado por la Gerencia forestal, estaba abandonado en unas de las embarcaciones fluviales de Puerto Tambopata. No podía moverse y estaba postrado, y no mostró resistencia cuando fue recogido.

En el centro de rescate Amazon Shelter, fue examinado y evaluado con rayos X. Los exámenes mostraron que el animal había recibido golpes con objetos contundentes en el abdomen, tenía las dos piernas fracturadas y estaba delgado por la mala alimentación. Pese a los esfuerzos del personal del Centro de rescate, para mantenerlo con vida, “Ángel” murió 9 días después.

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