El estreno de “Overlord: The Sacred Kingdom” ha llegado con altas expectativas entre los fans de la serie, especialmente aquellos interesados en ver cómo Madhouse expandiría el universo de Ainz Ooal Gown en un formato cinematográfico. Sin embargo, a diferencia de otras adaptaciones de anime que han encontrado éxito en la gran pantalla, como “Demon Slayer: Mugen Train” o “Dragon Ball Super: Super Hero”, esta entrega deja mucho que desear en cuanto a profundidad, ritmo y desarrollo de la trama.
En Saltar Intro de El Comercio ya hemos podido ver la nueva película de la saga de “Overlord” y aquí te contamos si vale la pena o no ver el largometraje.
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Una trama prometedora pero desperdiciada
La historia de “The Sacred Kingdom” intenta adaptar el arco del Reino Santo, donde Neia Baraja y otros personajes buscan la ayuda del Reino de los Hechiceros de Ainz para enfrentar al demonio Jaldabaoth. Pero para quienes no están al tanto del intrincado trasfondo de “Overlord”, la narrativa se vuelve rápidamente confusa. La película dedica más tiempo a exponer intrigas políticas que a deslumbrar con momentos épicos, lo que en última instancia diluye el impacto de la historia.
El guion se siente apresurado en su intento de condensar una gran cantidad de información en dos horas, sin ofrecer un clímax satisfactorio. Las escenas de batalla, que prometen ser los momentos álgidos de la película, se ven cortadas prematuramente o mostradas desde ángulos distantes, dejando al espectador con ganas de más.
Personajes nuevos, desarrollo limitado
Uno de los puntos centrales de la historia es la introducción de Neia Baraja, una figura interesante que podría haber añadido una perspectiva fresca al universo de “Overlord”. Sin embargo, su arco narrativo se siente superficial, con poca evolución real. La relación de Neia con Ainz, que pasa de indiferencia a admiración, carece de una progresión emocional convincente, y su aparente seguridad dentro de la trama resta tensión a su personaje. La película parece utilizar a Neia más como una excusa para explorar el conflicto político, en lugar de convertirla en una protagonista verdaderamente memorable.
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Visuales y animación: un reto mixto
Madhouse presenta en “The Sacred Kingdom” la violencia gráfica característica de “Overlord”, pero sufre con una animación 3D poco integrada en las escenas de acción. Estas secuencias, que deberían intensificar la atmósfera del filme, se sienten fuera de lugar, especialmente cuando aparecen en medio de escenas mayormente animadas en 2D. Aunque algunos momentos logran transmitir la oscuridad del mundo de “Overlord”, la falta de consistencia en la animación perjudica la experiencia visual.
Un potencial no aprovechado
Si bien “Overlord: The Sacred Kingdom” ofrece un vistazo a la expansión del mundo de Ainz y sus intrincadas relaciones de poder, el resultado final es decepcionante. La película intenta combinar planificación táctica y desarrollo de personajes con una narrativa de aventura épica, pero la ejecución falla al no alcanzar un equilibrio adecuado entre ambos. La falta de escenas de acción impactantes, sumada a un ritmo narrativo que se siente apresurado en algunas partes y lento en otras, deja una sensación de insatisfacción en el espectador.
En conclusión
“Overlord: The Sacred Kingdom” es una experiencia que funciona más como complemento para los fans incondicionales que desean explorar todos los rincones del universo de “Overlord”. Para quienes buscan una experiencia cinematográfica completa, la película puede resultar decepcionante. En última instancia, este filme sirve como un pie de página a la serie principal, pero carece del impacto y profundidad necesarios para destacarse como una obra independiente en el cine anime.
La película ya se encuentra disponible en las salas de cines de Perú.
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