En una iniciativa que desafía las convenciones, algunos restaurantes en la ciudad de Nueva York están adoptando un modelo radical: la atención al cliente a través de camareros virtuales, una innovación que plantea tanto cuestiones laborales éticas como de experiencia para los comensales.
Establecimientos como Sansan Chicken están liderando este cambio, con asistentes virtuales ubicados en países remotos que atienden a los clientes a través de Zoom, y a los que pueden pagarles menos del mínimo establecido por encontrarse fuera del país. El fundador de Happy Cashier, Chi Zhang, propulsor de esta idea, defiende esta solución como respuesta a los desafíos económicos exacerbados por la pandemia.
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A pesar de generar controversia en redes sociales, estos restaurantes han expandido su presencia por diversos barrios emblemáticos de la Gran Manzana, desde Queens hasta Manhattan. Sin embargo, esta nueva forma de operar plantea serias interrogantes sobre las condiciones laborales y la calidad del servicio.
Los camareros virtuales, ubicados en Filipinas y contratados por Happy Cashier, enfrentan condiciones salariales precarias, con remuneraciones de alrededor de 3 dólares la hora, muy por debajo del salario mínimo local de 16 dólares. Además, debido a la diferencia horario, muchas veces deben trabajar en turnos complicados. Esta discrepancia resalta una brecha significativa en la compensación y pone de relieve las complejidades éticas del modelo.
A pesar de los esfuerzos por garantizar una experiencia fluida, algunos clientes han expresado dificultades para interactuar con los asistentes virtuales y realizar pedidos. La coexistencia en espacios compartidos con otros establecimientos también genera situaciones incómodas y plantea dudas sobre la viabilidad a largo plazo de este enfoque.
Aunque legal en Estados Unidos, este modelo de subcontratación externa desafía las normativas laborales y presenta desafíos significativos para los trabajadores remotos, quienes enfrentan una diferencia horaria de hasta 12 horas.
Zang, por su parte, espera implantar a estos camareros virtuales en al menos 100 restaurantes, y defiende esta solución ante los problemas de arrendamiento presentes en estas ciudades y a problemas económicos derivados de la inflación.
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