Antigua Guatemala, Centro América, 60.000 habitantes. El último martes más de dos millones de personas observaron sus calles, su gente, en una transmisión por YouTube. La pregunta no es qué tenían de especial, sino a quién, y ese era ’Speed’, alias del estadounidense Darren Jason Watkins, famoso por sus en vivos que ahora está de gira por Latinoamérica. Y así como causó revuelo al norte promete hacerlo en Perú, como él mismo ha anunciado.
La fecha exacta de su vista se desconoce. El lunes estuvo en Colombia; no se supo que iría a Guatemala hasta que apareció sus calles escoltado por guardaespaldas. “¡Hey, chat!”, dice para dirigirse a los miles que comentan la transmisión, quienes le piden que haga cosas, y que le dan dinero para que sus comentarios aparezcan destacados en la plataforma. Empezó grabando contenido de videojuegos para YouTube cuando era un niño (como la mayoría de streamers); ya en pandemia despega en fama y ahora tiene más de 34 millones de suscriptores en la red social. Ahora no solo hace cosas de videojuegos, sino contenido de fútbol y también los llamados ‘IRL’ (in real life), donde muestra su vida diaria en cualquier parte del mundo.
El stream de Speed en Guatemala.
Lo de esta semana es augurio de lo que pasaría en Perú. Gente, sobre todo jóvenes y niños, le rogaban por autógrafos. Uno incluso persiguió su vehículo mientras gritaba “te amo”. Otros ―no pocos― le vendían cosas con sobreprecio; ‘’Speed’' entonces pagaba 10, 20, 50 dólares. “Te han estafado”, le decían en redes al joven que, a sus 20 años recién cumplidos, se ha comprado una mansión valorizada en 10 millones de dólares.
“Va a ser una locura [cuando llegue ‘Speed’]”, contó a El Comercio la streamer peruana María Soledad, más conocida en redes como ‘Mashap’. Ella recordó la visita al Perú de Cry, youtuber español que convocó a cientos de personas para un evento en el mall Plaza Norte, donde los fans incluso rompieron una puerta. “Espero que se tomen medidas de seguridad en este caso”, añadió. No es para menos: en octubre pasado Gero Arias, tiktoker argentino, apareció en un parque de San Borja para hacer un reto de barras, convocando también a cientos. Ese día la PNP lo detuvo. Y Arias tiene solo una fracción de la fama de ‘Speed’.
Speed saltando sobre un vehículo en movimiento. Esta clase de riesgos son comunes en la vida de este streamer.
Un síntoma de los tiempos
¿Cómo se explica el éxito de ‘Speed’? Tal vez haya que evaluar su contenido. En Tailandia tocó a un tigre, en Venecia hizo una voltereta sobre un bote. Ha saltado sobre autos en movimiento, le ha ladrado a personas (sí, como un perro), se puso un condón en la cabeza mientras lo llenaba de gaseosa, encendió un pirotécnico en su habitación (con riesgo de causar un incendio) e incluso se desmayó tras inhalar helio en exceso. También amenazó con violar a una mujer, por lo que fue expulsado de la plataforma Twitch; a otra, durante un videojuego, le hizo comentarios sexistas. Todo esto en vivo. Su público ha respondido con niveles de entusiasmo y violencia equiparables, como la vez que visitó Noruega en 2024, donde y le arrancaron cabello y un hombre se le lanzó encima.
Hombre vs. tigre.
Para Sergio Cuervo, profesor de Marketing de de ESAN Graduate School of Business, un streamer exitoso tiene mucha capacidad de comunicación. “Y esa comunicación tiene que generar también mucha personalidad y cierto carisma hacia el público, eso atrae mucho a la gente. También está la regularidad con la cual genera contenido, hay una continuidad. Y como es en vivo genera expectativa en su audiencia y genera una comunidad de seguidores”, sostuvo.
‘Mashap’ resaltó por su parte que crear comunidad es importante para los streamers. De hecho, son estas personas quienes eventualmente le dan o visitas a sus videos o directamente dinero como suscriptores. Otra forma de ingreso está en las colaboraciones con marcas; ‘Speed’ no es ajeno a ello. “Para decir que tienes un ingreso considerable has debido de formar una comunidad que te apoye mes a mes. Muchos piensan ‘me vuelvo streamer y facilito voy a ganar’. No, hay muchas cosas a tomar en cuenta”, añadió.
El éxito del streamer también se ve diferenciado por el cómo se entrega el contenido, la originalidad, contó Cuervo. “Un buen streamer tiene que estar preparado para manejar bien las críticas, tiene que ser muy profesional para que su reputación no se vea afectada”, dijo. Y eso ocurre incluso cuando personajes como ‘Speed’ tienen conductas polémicas; se ha disculpado en repetidas ocasiones por lo que dijo o hizo. Otros streamers no han tenido tanta suerte, como Johnny Somali, quien podría pasar cinco años en prisión en Corea del Sur por causar “conmoción” en una tienda de conveniencia.
Speed, cuando casi le prende fuego a su cuarto.
¿Es una tendencia que los streamers tengan estas conductas antisociales? Sí, cuenta ‘Mashap’, quien menciona el caso del streamer peruano GloGloKing, quien tiene momentos de furia ante cámaras. “Hay ese ese extraño gusto por ver a la gente enojarse mientras juega o en general. Y también los streamers de comedia son los que están teniendo aún más popularidad: cuanto más irreverentes y extrovertidos puedan ser, siento que tienen esa capacidad de llamar más la atención”, dijo.
Tal vez la clave de los streamers esté en lo virtual: alejados del teclado se portan como si estuviesen jugando un videojuego; las consecuencias de sus actos no son tan importantes para ellos como sí lo es la espectacularidad. Internet aguanta todo. La vida real, no tanto. Ya veremos si ocurre así en Perú.